Finalmente, este domingo el partido Hermanos de Italia, de la ultraderechista Giorgia Meloni se impuso en las urnas italianas y todo indica que Meloni, de 45 años, se convierta pronto en la primera mujer en presidir el Consejo de ministros; es decir, el Ejecutivo nacional. Formará gobierno coaligada con Matteo Salvini y Silvio Berlusconi, tras lograr una mayoría abrumadora.

EFE hizo un perfil de Meloni, quien comenzó su militancia con apenas 15 años y para los 19 reivindicaba a Benito Mussolini a quien calificó "de buen político que todo lo que hizo fue para Italia". 

¿Quién es la futura premier italiana, ex ministra de Berlusconi, "defensora del cristianismo" y enemiga "de la izquierda de salón"?

"Yo soy Giorgia"

 


Si hay un punto de inflexión en la larga carrera política de Meloni (Roma, 1977) ese fue en octubre de 2019, cuando ante miles de personas en la plaza de San Juan de Roma, feudo sindical, proclamó: "Soy Giorgia, soy mujer, madre, italiana y cristiana y no me lo quitarán", en ataque directo a la legislación homosexual.

Dos muchachos tomaron su discurso, la mezclaron con música electrónica y, sin quererlo, la elevaron a icono pop. Toda Italia bailaba y difundía aquel tema pegadizo.

Sus rivales, sostiene, son los "burócratas" de Bruselas, el colectivo LGBT o la "izquierda de salón", mientras admira a la Rusia de Vladimir Putin por compartir el "sistema de valores europeos, defender el cristianismo y combatir el fundamentalismo islámico", aunque promete "lealtad" a Occidente.

Su ideario lo aclaró para siempre en un acto electoral de Vox en Marbella (sur de España), cuando se presentó al mundo: "No hay mediaciones posibles, se dice sí o no. Sí a la familia natural, no al lobby LGBT; sí a la identidad sexual, no a la ideología de género; sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte; sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islámica; sí a fronteras seguras, no a la inmigración masiva".

Una infancia entre mujeres

 

Meloni se crió con su mamá Anna y su hermana mayor, Arianna, tras el abandono de su padre a las Islas Canarias. Vivieron en una zona medianamente acomodada de Roma hasta que el incendio de su departamento, las obligó a mudarse al barrio obrero de Garbatella, donde la joven Giorgia entró en contacto con la política, a la que dedicaría su existencia.

Con 15 años llamó a la puerta del Frente de la Juventud, la organización juvenil del antiguo Movimiento Social Italiano (MSI), fundado por los últimos fascistas.

La muchacha, siempre contraria a celebrar el Día de la Liberación del nazifascismo por verlo "divisivo", inauguraba su militancia en el verano de 1992 mientras la Primera República colapsaba bajo el peso de la corrupción y las bombas de la mafia.

En 1996, cuatro años después, la joven, ya conocida por su dureza dialéctica, se alzaba como líder nacional de "Azione Studentesca", el movimiento juvenil de Alianza Nacional, nuevo rostro del MSI, con la que fue elegida consejera provincial en Roma.

Su ascenso fue meteórico, pasando por encima de todos los hombres, hasta que con 29 años llegó a la Cámara de Diputados, de la que fue vicepresidenta hasta 2008, cuando fue nombrada ministra de Juventud por Berlusconi.

A la cima

 

El auge de esta mujer coincide con su presidencia, desde 2014, de Hermanos de Italia, nuevos herederos del MSI, con los que ha logrado conquistar el país.

En 2016 intentó ser alcaldesa de Roma, sin éxito, pero obtuvo gran popularidad haciendo campaña embarazada de su única hija.

Desde entonces su protagonismo no ha hecho más que aumentar, en las elecciones de 2018 obtuvo un triste 4 por ciento. Su éxito deriva de la explotación del descontento de la pandemia y su papel como única oposición a la difunta coalición de unidad nacional de Mario Draghi.

En este tiempo ha trascendido las fronteras como simpatizante del ultranacionalista húngaro Viktor Orban o presidiendo el Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos, el de la española Vox.