El sindicalista de izquierda Pedro Castillo irá a la segunda vuelta por la Presidencia de Perú, según una encuesta a boca de urna difundida minutos después del cierre de las elecciones generales de este domingo.

De acuerdo con el sondeo de la firma Ipsos, Castillo tenía 16,1% de los votos, seguido por el economista liberal Hernando de Soto y la populista de derecha Keiko Fujimori, empatados con 11,9%.

Asimismo, el legislador centrista Yonhy Lescano recogía 11,0% y el empresario derechista Rafael López Aliaga, 10,5%, según divulgaron Panamericana TV, la radio RPP y los diarios El Comercio y La República.

Más atrás aparecía la izquierdista Verónika Mendoza, con 8,8%.

El sondeo, el único conocido al menos hasta 15 minutos después de cerradas las urnas, confirmó la paridad registrada entre esos seis candidatos y el exfutbolista de centroderecha George Forsyth, quien perdió intención de voto en los últimos días.

Castillo aparecía con escasa intención de voto hasta la última semana, en que se ubicó sexto en dos sondeos y séptimo en otro.

Sin embargo, una simulación de voto realizada por Ipsos el sábado, cuando ya regía la veda electoral que impedía difundirla, y a la que tuvo acceso Télam, lo reveló en primer término, seguido por De Soto.

Para poner fin a la crisis política

 

Más de 25,2 millones de ciudadanos fueron habilitados para votar al presidente, los dos vicepresidentes, los 130 miembros del Congreso unicameral y cinco diputados al Parlamento Andino, en elecciones con medidas excepcionales por la pandemia.

Al menos seis de las 18 fórmulas presidenciales –el segundo mayor número en la historia de Perú, solo superado en 2006– tenían chances de pasar a la segunda vuelta, según las cuatro principales encuestadoras del país.

Perú llegó a estos comicios en medio de una prolongada crisis política que consumió cuatro presidentes y dos Congresos en el actual quinquenio de Gobierno, agravada por el coronavirus y su impacto.

La economía de Perú sufrió en 2020 una de las mayores contracciones en todo el mundo y la primera en el país en más de dos décadas. En ese contexto, las encuestas reflejaron un alto desinterés electoral ciudadano.