Se la vio bien a Florencia Kirchner en la foto que su madre, la ex presidenta Cristina Kirchner, compartió de ambas en La Habana y ahora se muestra activa luego de abrir una cuenta en Instagram, donde publicó una imagen en la que hace alusión a su situación de salud.

En la foto se la ve a ella con el rostro tapado por un libro titulado “De la enfermedad”, de la escritora Virginia Woolf. Se trata de una obra publicada en 1925 con metáforas sobre la salud, la enfermedad, las relaciones entre el cuerpo y el alma. “Para subrayarlo entero”, describió Florencia, que se recupera en Cuba de estrés postraumático y un linfedema en las piernas .

Porque es la uno �� Publicó este texto en 1925 para una revista y es de los mejores que tiene de no ficción, como para subrayarlo entero. Dice Angela Pérez en el prólogo: "La transformación interior y exterior que desencadena en nosotros la enfermedad, el distanciamiento de los sanos. La pobreza del idioma para expresar el dolor físico. Las palabras dejan de fluir cuando el enfermo intenta describir el dolor". Texto: “El cuerpo interviene todo el día, toda la noche; se embota o se agudiza, se embellece o se marchita” / “Sin embargo, no sólo necesitamos un lenguaje nuevo más primitivo, más sensual, más obsceno, sino una nueva jerarquía de las pasiones: hay que disponer el amor a favor de los cuarenta grados de fiebre...” / “Hay una selva virgen en cada uno; un campo nevado en el que se desconocen incluso las huellas de los pájaros” (...) En cuanto nos vemos obligados a guardar cama o a reposar entre almohadones en un sillón y alzamos los pies unos centímetros sobre el suelo el otro, dejamos de ser soldados del ejército de los erguidos; nos convertimos en desertores. Ellos marchan a la batalla. Nosotros flotamos con las ramitas en la corriente; revueltos con las hojas muertas en el prado, irresponsables e indiferentes y quizá por primera vez en años capaces de mirar a nuestro alrededor, alzar la mirada y ver, por ejemplo, el cielo”. #VirginiaWoolf

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La hija de la presidenta sumó al posteo un párrafo de Angela Pérez, la autora del prólogo: “La transformación interior y exterior que desencadena en nosotros la enfermedad, el distanciamiento de los sanos. La pobreza del idioma para expresar el dolor físico. Las palabras dejan de fluir cuando el enfermo intenta describir el dolor”.

La hija del ex matrimonio presidencial agregó otras textuales del libro: “El cuerpo interviene todo el día, toda la noche; se embota o se agudiza, se embellece o se marchita” / “Sin embargo, no sólo necesitamos un lenguaje nuevo más primitivo, más sensual, más obsceno, sino una nueva jerarquía de las pasiones: hay que disponer el amor a favor de los cuarenta grados de fiebre...” / “Hay una selva virgen en cada uno; un campo nevado en el que se desconocen incluso las huellas de los pájaros” (...) En cuanto nos vemos obligados a guardar cama o a reposar entre almohadones en un sillón y alzamos los pies unos centímetros sobre el suelo el otro, dejamos de ser soldados del ejército de los erguidos; nos convertimos en desertores. Ellos marchan a la batalla. Nosotros flotamos con las ramitas en la corriente; revueltos con las hojas muertas en el prado, irresponsables e indiferentes y quizá por primera vez en años capaces de mirar a nuestro alrededor, alzar la mirada y ver, por ejemplo, el cielo”.