El secretario de Asuntos Penitenciarios de Santa Fe, Walter Gálvez, anticipó que “en pocos meses” estará instalado en la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero un sistema de inhibición total de señal de celulares. Se trata, dijo, de una tecnología de origen israelí, de aplicación inédita en la Argentina, que se denomina “full jamming”.

Con esta incorporación la provincia prevé “descartar cualquier tipo de comunicación desde (la cárcel de) Piñero” y la intención “es multiplicarla en las otras unidades penitenciarias”.

Gálvez dialogó con El Contestador (Radio 2) y destacó que el jueves el gobernador Omar Perotti visitó la flamante alcaidía de Las Flores en el Departamento La Capital, un espacio para que los detenidos de la Unidad Regional I esperen sus procesos judiciales en lugar de hacerlo en las superpobladas comisarías, que no cuentan con personal penitenciario.

La alcaidía capitalina tendrá capacidad para 240 plazas y, de entrada, tendrá tecnología para optimizar las requisas a las visitas. “Tecnología que se va a replicar primero en los penales de Piñero y en Coronda”, dijo Gálvez.

En pro de coartar el ingreso de “herramientas para delinquir” la nueva alcaidía incorpora “una cinta transportadora de carga, como en un aeropuerto”.

“Toda visita que ingresa va a tener que dejar su paquete en la cinta y luego retirarlo del otro lado. La cinta posee un mecanismo con software de última generación que controla y registra todo a distancia, graba y tiene alarma para detectar, por ejemplo, celulares, hierros, metales y sustancias”.

No será el único elemento de control. A la cinta “se le suma el body scan (escáner corporal): la persona que deja su paquete debe pasar por un sistema de rayos X que detecta interiormente todo lo que la persona tiene”, abundó el funcionario provincial.

También se prevé la incorporación de un tercer elemento, sólo para el control del personal penitenciario: arcos detectores de metales.

Estos mecanismos tendrán un prueba piloto el 17 de octubre, adelantó Gálvez. Y prevé que “en 60 o 90 días” se replicarán en las demás cárceles de la provincia. Un plazo supeditado a a los vaivenes de las importaciones, ya que los insumos son fabricados por una empresa extranjera.

En cuanto al penal de Piñero, Gálvez dijo: “Vamos a hacer lo imposible para que esté el sistema full jamming”, que apunta, a pedido de los fiscales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) a la inhibición total de la señal de los teléfonos celulares merced a tecnología israelí. El plazo, otra vez, es incierto: “en pocos meses”, dijo Gálvez.

Aclaró que en esa cárcel ya “hay inhibidores a 30 internos que están alojados en pabellones de alto perfil: un número exhiguo”.