En una reunión de 50 minutos, el papa Francisco recibió al rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci en su oficina en el Vaticano, donde le fue entregado un ejemplar de un libro de la editora universitaria, y se avanzó en un diálogo en torno a la realidad compleja de la ciudad, así como de asuntos que preocupan como el medio ambiente y la guerra.

En diálogo con El Contestador (Radio 2), Bartolacci relató sobre la experiencia, que calificó como “extraordinaria”, que se basó en dialogar sobre diversos asuntos de la realidad que preocupan, y en ese marco le acercó un libro de reciente publicación con la UNR Editora. “Le entregamos un libro de Marcelo Figueroa, sobre diálogos interreligiosos y 10 años del papado de Francisco, que vamos a presentar este martes en Roma”. El libro se titula La diversidad reconciliada. Un protestante en el periódico del Papa.

Recordó entonces que “la figura es imponente. Fue muy fuerte cuando ingresó al salón, te tiembla un poco el cuerpo”, y destacó: “Fue una reunión de 50 minutos, éramos muy pocos y era algo íntimo. A los pocos minutos estás hablando con Bergoglio, y no con el Papa. Genera un buen clima con su sencillez y cercanía. Es ameno, como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo, y era la primera vez que lo vi”.

En el diálogo, Bartolacci destacó que se dialogó en torno a “lo que ocurre en Rosario, y en el país en términos estructurales, particularmente en materia de seguridad pública y de violencia urbana. Me asombró el conocimiento del estado de situación, con una lucidez extraordinaria”.

Además, destacó que dialogaron “sobre la agenda ambiental del mundo y la guerra en Ucrania, que es su preocupación mayoritaria, así como el tráfico de armas y la trata de personas, con un nivel de análisis de alto vuelo”.

El gesto en una carta

Finalmente, el rector de la Universidad Nacional de Rosario recordó sobre un gesto que tuvo el sumo pontífice con su familia años atrás. Causa por la que le acercó el agradecimiento en persona.

“Soy creyente, y hace unos años tuve una situación de un familiar que se enfermó grave, y recibí una carta de puño y letra de Francisco. Para mí fue algo muy importante. Y pude entonces agradecerle personalmente el gesto, que fue un abrazo en el momento más necesario. Fue una experiencia muy enriquecedora, en el sentido institucional, personal y también espiritual”, finalizó.