El ex presidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006) fue arrestado este martes por el caso Odebrecht en su casa de California (Estados Unidos) y ahora la Justicia norteamericana debe decidir si permite o no su extradición a Lima. Está acusado de actos de corrupción.

Según informó EFE, Toledo fue detenido este martes. Lo que significa que finalmente los trámites de extradición culminaron y que la Justicia de EE.UU podría permitir su repatriación. En tal caso, deberá dar cuenta de las acusaciones de haber recibido hasta 35 millones de dólares de Odebrecht a cambio de favorecerlo en sus negocios en Perú cuando él aún era presidente.

Hasta la fecha, Toledo era formalmente un "prófugo" de la Justicia peruana, que en febrero de 2017 ordenó su detención preventiva mientras era investigado por los supuestos sobornos que recibió de la constructora brasileña.

Desde ese momento, el exmandatario se refugió en su residencia californiana, cerca de la ciudad de San Francisco, sin ocultarse del ojo público pero alejado de las garras de la Justicia de su país, beneficiado del lento y minucioso trámite burocrático que requiere un proceso de extradición desde EE.UU.

De hecho, el pasado marzo Toledo fue arrestado cerca de su domicilio por un caso de embriaguez pública y no pasó más que una noche en el calabozo de una comisaría, un caso que el expresidente calificó de "complot" y que negó hasta que las autoridades confirmaron el hecho.

El próximo viernes, el mismo tribunal federal de California que este martes ordenó mantener en prisión al ex mandatario analizará si el proceso de extradición se seguirá con Toledo preso o en libertad bajo fianza.

Toledo siempre ha defendido que las acusaciones en su contra son una mentira, fruto de la "persecución política" que sufre por parte de sus "enemigos", aun cuando cada vez se corroboran más pruebas que apuntan a que recibió grandes cantidades de dinero de Odebrecht y utilizó mecanismos de blanqueo de dinero para ocultar su origen.

Así, fue el propio ex responsable de Odebrecht en Perú Jorge Barata quien primero confesó a la Fiscalía que la empresa pagó entre 2004 y 2010 varios millones de dólares a Toledo a cambio de favores como la adjudicación de la construcción de dos tramos de la carretera Interoceánica sur durante su gestión.

Ese dinero se entregó a su antiguo amigo y supuesto testaferro, el empresario Josef Maiman, quien también ha confesado a la Justicia peruana que ayudó a blanquear las coimas y que Toledo recibió hasta 35 millones de dólares de Odebrecht, corroborando los dichos de Barata.

Tanto Barata como Maiman han llegado a acuerdos de colaboración eficaz (delación premiada) con la Fiscalía de Perú.

El escándalo de corrupción generalizada que Odebrecht desarrolló en Perú han afectado a gran parte de la elite política del país.

A Toledo, ahora detenido, se suman los también ex presidentes Ollanta Humala (2011-2016), quien pasó nueve meses en prisión preventiva y sobre el que pesa un pedido de 20 años de cárcel, y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), quien fue forzado a dimitir por sus relaciones con la empresa brasileña y que hoy se encuentra en arresto domiciliario en Lima.

Así como el ex mandatario Alan García (1985-1990 y 2006-2011), quien se suicidó en abril pasado de un disparo en la cabeza cuando iba a ser arrestado en el marco de las investigaciones del caso Lava Jato; y Keiko Fujimori, líder de la oposición que cumple prisión preventiva desde octubre pasado.