La misa que se celebró este sábado en la Basílica de Luján "por la Paz y la Fraternidad de los argentinos" no contó con la presencia de ninguno de los principales referentes de Juntos por el Cambio, y finalmente se convirtió en una muestra más de unidad del Frente de Todos detrás de la figura de Cristina Kirchner.

El presidente Alberto Fernández llegó 10 minutos pasadas las 13 al encuentro de carácter religioso según informaron medios nacionales y se sentó en primera fila junto al ex mandatario Eduardo Duhalde. Mientras tanto, en las afueras de la basílica acompañaron organizaciones sociales y sindicatos afines al kirchnerismo como la UOCRA, entre otros.

Foto: Franco Fafasuli

Si bien la invitación había sido extensiva a diferentes sectores de la oposición, sus referentes finalmente no asistieron al encuentro. El titular del bloque del PRO, Cristian Ritondo, lo había anticipado: “Recibimos una invitación del intendente de Luján (Leonardo Boto) para una misa, pero yo no voy a concurrir, en el bloque no hubo debate pero creo que nadie va a concurrir”.

Desde la Coalición Cívica también habían negado la asistencia, al igual que Peronismo Republicano de Miguel Ángel Pichetto.

Por su parte, a pesar de las diferencias en las posiciones, y de que dos gobernadores radicales Gerardo Morales y Gustavo Valdés se hayan plegado a repudiar el atentado contra la ex mandataria, la UCR tampoco se sumó.

Segundos antes del inicio del cónclave, la oradora pidió, entre otras cosas, "por la vida de la Vicepresidenta", haciendo referencia al intento de magnicidio que sufrió Cristina Kirchner la semana pasada.

Entre las intenciones leídas previo al comienzo de la ceremonia, se dedicó una oración por la salud del ex senador del PRO Esteban Bullrich, quien sufre Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y permanece internado en el Hospital Austral desde el pasado 1 de septiembre.

"Estamos en un tiempo extremadamente delicado. La paz social esta frágil y amenazada y somos responsables de asegurarla y cuidarla", dijo al inicio de su homilía monseñor Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján y quien presidió la misa.