Un vecino de la zona oeste tuvo la desgracia de quedar en medio de una balacera cuando llegaba de su trabajo y desde el jueves pelea por su vida en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Las heridas le comprometieron un pulmón, la clavícula y la médula. El episodio tuvo lugar en inmediaciones de un pasillo de Vía Honda, un territorio estragado por la violencia, el narcomenudeo y la pobreza.

Rosario3 pudo saber que la víctima, Carlos Giunta (39), se desempeña como repartidor de una distribuidora de gaseosas de barrio Alvear. El jueves por la tarde cuando regresaba a su casa –ubicada en inmediaciones de Manantiales y 24 de Septiembre – se topó con dos tiratiros en moto que tenían intenciones de disparar contra una mujer que desempeña como “soldadito” de un pasillo que, no es novedad, se encuentra “adueñado por narcos”.

Según trascendió, en un intento por esquivar el ataque, esta mujer se ubicó detrás de Carlos, como escudándose, y como consecuencia el hombre recibió un impacto de bala. Los Giunta viven a tres casas de ese lugar.

“Nos arruinaron la vida”, escribió Gisela, esposa de Carlos, en redes sociales, en un crudo posteo que varias personas compartieron. Desde esa tarde Gisela y su familia se encuentran velando por la salud de Carlos, cuyo estado es reservado.  

El desafortunado recorrido del proyectil, contó la mujer a este diario, le afectó la médula a Carlos. “De la cintura para abajo no siente más nada”. Además, tiene tres costillas y la clavícula perforadas.

Como suele ocurrir en este tipo casos en los que vecinos quedan envueltos en episodios de violencia, la familia de Carlos tuvo la necesidad de aclarar que quienes lo conocen saben que “nunca le hizo daño a nadie”.

“Oren mucho por él”, pide la familia de Carlos. El caso fue notificado a la fiscal Gisela Paolicelli y fue delegado a personal de la Policía de Investigaciones.