Una investigación del Ministerio Público de la Acusación (MPA) reveló la existencia de una pyme narco que funcionaba en un pabellón de la cárcel de Piñero, donde el delegado, un hombre ligado a la banda de Los Monos, había montado un sistema de ingreso de la droga (marihuana y cocaína) mediante mujeres embarazadas que entraban al penal como visitas y no pasaban por el escáner corporal. El análisis de los movimientos bancarios de la novia del principal investigado dio cuenta de que, en un año y seis meses, recibió transferencias por más de 14 millones de pesos.

Según una pesquisa a cargo del fiscal Franco Carbone, el búnker de drogas había sido instalado en el pabellón Nº 6 por el delegado “histórico” de este espacio, Brandon Paulo Aramburu, mencionado en distintas investigaciones como un jugador del narcomenudeo con operatoria en el Fonavi de Rouillón y Seguí. Según archivos judiciales y policiales, Aramburu cayó detenido en 2018 por portación de arma; otra vez en septiembre de 2020 por una balacera. Y su nombre volvió a aparecer a mediados de 2022, sindicado como un integrante intramuros de la violenta banda de Luciano “Lucho” Cantero, hijo del asesinado jefe de la banda de Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero, con quien tenía contacto por celular.

“Se le atribuye a Aramburu y a Celeste Evelyn Barjollo –mencionada como su pareja– haber comercializado estupefacientes en el interior del pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero en el período comprendido entre el 1º de septiembre de 2022 y el 20 de marzo de 2024”, dijo este jueves el fiscal Carbone ante el juez Hernán Postma.

“Aramburu, aprovechando su carácter de delegado del pabellón, ingresaba semanalmente a través de mujeres visitantes de otros internos que se encontraban cursando un embarazo, la cantidad aproximada de 100 gramos de cocaína y 100 de marihuana”, describió el investigador.

“Luego de fraccionarlo para el menudeo –continúa la acusación–, Aramburu comercializaba el material estupefaciente, el cual era adquirido por los habitantes del pabellón”.

Por último, agregó que “el pago se realizaba mediante transferencias a las cuentas de Uala y Mercado Pago de Barjollo, quien en dicho período recibió 1.071 transferencias efectuadas por 66 personas vinculadas con 50 internos del pabellón 6 por 14.309.771 pesos”.

Aramburu fue imputado como autor del delito de comercio de estupefacientes en calidad de autor, mientras que Barjollo, como partícipe primaria. Carbone reveló una extensa lista de movimientos bancarios remitidos por Mercado Pago y Ualá. E incluso, algunos presos prestaron declaración. Por supuesto, en carácter de testigos reservados.

Según voceros judiciales, Barjollo se encuentra detenida desde el 11 de marzo pasado, cuando personal de Inteligencia de la Policía de Investigaciones la arrestó en Rodríguez y Zeballos, en el centro de Rosario, a metros de un departamento que habitaba. Posteriormente, fue imputada como integrante de la banda delictiva de Gastón Schneider, un hijo del Pájaro Cantero que también está alojado en el pabellón 6.

“Antes de que lo pasen al pabellón de alto perfil, Brandon manejaba muchísima droga tanto adentro como afuera del pabellón. En la calle vendía de a kilos”, aseguró un informante. Por lo pronto, el juez Postma hizo lugar a la inmovilización de las cuentas bancarias Barjollo y mandó a investigar la “inscripción litigiosa” de un inmueble ubicado en la localidad de Funes, bajo sospecha de ser adquirido y refaccionado con dinero sucio. En la imputación, al menos formalmente, no hubo menciones de connivencia de personal del Servicio Penitenciario con el quiosco narco carcelario.