“No hay un móvil que conecte en forma directa el hecho de los atacantes, y a los instigadores, contra las personas que resultaron víctimas directas del hecho”, dijo este jueves el fiscal Patricio Saldutti, a cargo de la compleja investigación del doble crimen de Claudia Deldebbio y su hija Virginia Ferreyra, ambas asesinadas el 23 de julio de 2022.

La novedad judicial llegó con las imputaciones a quienes habrían dado la orden de matar sólo con el fin de infundir temor en los habitantes del complejo Fonavi de barrio Grandoli y, por supuesto, a los demás “operadores de delincuencia” de ese sector del sur rosarino y a “la sociedad en general”, en las palabras de Saldutti.

Ungaro, en Tribunales, en una de sus últimas visitas a Rosario.

En ese marco, la Fiscalía confirmó la versión que se barajaba desde un comienzo. Que detrás del doble homicidio aparece la sombra de René “El Brujo” Ungaro (36), uno pesado del sur de la ciudad que está fuera de las calles desde mayo de 2010, cuando cayó detenido como uno de los responsables del homicidio del barrabrava rojinegro Roberto “Pimpi” Caminos.

Una vez más, una investigación detectó el poder de mando del gánster Ungaro desde el encierro. Además de la condena a 13 años por el homicidio de Pimpi Caminos, posee otra condena de 12 años como líder de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes. Y otra, en el fuero provincial, de 7 años por asociación ilícita.

Cara de Burro Martínez, imputado por gestionar los pedidos de René Ungaro.

Ahora lo acusaron de pergeñar el plan criminal que acabó con las vidas de Claudia y Virginia, dos vidas segadas azorasamente. Según la investigación, el capo narco ofreció 30 mil pesos por cada persona que maten sus gatilleros.

Saldutti habló de una “una cadena de instigación” que comenzó en el penal Federal de Ezeiza, presidio de Ungaro, que siguió a la cárcel de Coronda, donde está alojado Nicolás “Cara de Burro” Martínez, que “disponía las personas que estaban en la calle y cometían los hechos”.

Cara de Burro tiene otra investigación abierta por el asesinato de Ramona Adriana Luque, una portera de 63 años muerta a balazos el 18 de mayo de 2021 en el Fonavi del Parque del Mercado, el bastión de René Ungaro.

“Filmá, antes de matarla, filmá, que lo pidió René”, aseguran que Cara de Burro le dijo al tiratiros Sebastián “El Rey” Pereyra, señalado –y detenido– como el matador de Luque en Maestros Santafesinos (ex 412) al 4700.

Ungaro vivió parte de su vida en libertad en una de las torres Sánchez de Thompson al 200 bis, a 300 metros de la parada de colectivo, donde fueron acribilladas Ferreyra y Deldebbio. Según los registros oficiales, Cara de Burro posee domicilio en la torre de Sánchez de Thompson al 39, donde cayó detenido en noviembre de 2021, al oeste de Abanderado Grandoli.

En tanto, Fernando y Lautaro Cortez, que conformarían el grupo que gatilló contra Claudia y Virginia, también son vecinos del complejo de viviendas atravesado por la violencia. Están radicados en las torres de Teniente General Sánchez e Isola, a escasos metros de la escena del crimen de las mujeres.

De ese departamento, la policía incautó, además, la bicicleta que Fernando “Flaco” o “Pandemia” Cortez utilizó el 4 de septiembre para balear el frente del Distrito Sur, y un arma que coincidió con las vainas encontradas en ese lugar.

El fiscal remarcó que en la causa varios de los testimonios que señalan a estas personas son reservados, es decir, que los testigos no revelaron su identidad por temores obvios.

“También hay una serie de peritajes de celulares donde se obtuvieron conversaciones que fueron recuperadas e intervenciones telefónicas”, indicó Saldutti.