Mariana Ortigala es, junto a su hermano, testigo clave en la megacausa por la que está detenido Esteban Lindor Alvarado, presunto narcotraficante arrestado por un homicidio doloso y asociación ilícita. Fue atacada a balazos el pasado viernes a la mañana en Roldán, cuando salía de su casa para dirigirse a su trabajo. Sufrió cuatro heridas de arma de fuego y afirma que mientras estaba en un hospital de Rosario fue “visitada” por personas que tendrían vinculación con la banda del “Esteban”. “No sé cómo estoy viva”, expresó y relató el calvario que vive desde 2012 con su familia.

El pasado viernes, Ortigala se subió a su vehículo en San Pedro y Dulcinea del Toboso, en Roldán, y comenzó a escuchar una gran cantidad de tiros. Como acto reflejo, primero se acurrucó en el asiento de conductor y cuando dejó de escuchar disparos se bajó y se echó a correr hasta que se resguardó en una casa vecina. Todas las heridas de arma de fuego que tiene están en su costado derecho: espalda y pierna. "Una de las balas quedó alojada en mis costillas", contó.

"Fueron 35 tiros", aseguró la mujer. 

En diálogo con Rosario3, relató que el viernes pasado, mientras era atendida en el Hospital Español tres personas fueron a preguntar por ella. “Esteban se enteró de alguna manera y mandó gente a preguntar por mí. Por eso me reforzaron la custodia. Era uno vestido de policía y dos civiles. Los tendrían que haber detenido. Se fueron en una camioneta negra sin patente”, explicó.

La testigo clave de la causa Alvarado infiere que Esteban se enteró que estaba en el Español porque mientras recibía curaciones en un centro de salud de Roldán había policías provinciales. “Se filtró ahí. Esteban tiene contactos en la policía. Mi miedo era que me atacaran durante el traslado”, comentó.

“Vivo una vida hostigada, amenazada, desde 2012, cuando Esteban quiso matar a mi hermano a tres cuadras de mi casa. Ese mismo día, a punta de pistola, le sacó la casa a Rodrigo (su hermano). Queda en Misiones 865. Desde ahí vivimos un calvario”, añadió.

“El año próximo mandó a matar a mi marido por primera vez. Fue con ayuda policial, su abogado Claudio Tavella y de una jueza. Le armaron una causa a mi marido y a mi hermano. Los metieron presos por una chata robada que era de Esteban y Chamorro. Después mandó a matar a mi hermano mientras estaba preso”, aseveró.

Ortigala remarca que a su marido también intentaron matarlo. “Él repara aires acondicionados. Lo citaron en un domicilio por un trabajo y lo quisieron matar”, indicó.

Además, subrayó la causa contra su familia que intentó armar Esteban Alvarado con colaboración policial a través de una compleja estrategia, con “teléfonos espejos”, situación que fue descripta por los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra en la primera audiencia contra Esteban Lindor Alvarado, policías y civiles.

“También quisieron secuestrarme en la puerta de mi oficina. No sé cómo estoy viva”, dijo.