Una joven que se desempeñaba como empleada de limpieza en un boliche de barrio Pichincha fue imputada por haber participado de un apriete extorsivo al dueño del local bailable. Puntualmente, la Fiscalía la acusó de haber hecho un “aporte esencial” en la maniobra, es decir, haberle filtrado a un recluso datos precisos de la víctima.

La imputada, identificada como Martina Paola M., se entregó en la sede de la Agencia de Investigación Criminal luego de que la fuerza allanaron su casa, en Callao al 3900, el pasado 6 de octubre, el marco de una redada que tuvo en la mira el llamado polirrubro criminal de Cristian “Pupito” Avalle, un segunda línea de la narcobanda los Monos alojado en la cárcel federal de Ezeiza.

En una audiencia desarrollada este miércoles, el juez Nicolás Foppiani resolvió dictar prisión preventiva para la imputada como partícipe de la extorsión en grado de tentativa.

De acuerdo con la acusación de la fiscal Valeria Haurigot y de su par Franco Carbone, Martina Paola M. realizó un aporte esencial al entregarle al recluso de la cárcel de Coronda Carlos Alberto Olguín información “valiosa, precisa y detallada” respecto de la víctima y su lugar de trabajo. Como ser, actividades laborales, horarios para hacer más “verosímil” la extorsión y generar pánico en la víctima y doblegarlo para que entregue dinero.

“Martina contaba con esa información por haber sido empleada en el Complejo Forest en tareas de limpieza, y presentó su renuncia días después de que se cometieron los hechos y presentó su renuncia días después”, indicaron los fiscales.

Apriete a la discoteca


La maniobra tuvo lugar a comienzos de junio y ya fue ventilada en la extensa audiencia a la banda polirrubro de Avalle, que este mes tuvo 29 imputados y 47 hechos atribuidos, entre extorsiones, homicidios y balaceras.

El artífice de la extorsión, de acuerdo con los fiscales, fue Olguín (32), un recluso que ingresó a la cárcel de Coronda a mediados de 2020 por un asalto y terminó reconvertido en “gerente” de una célula delictiva integrada por soldaditos fungibles.

De acuerdo con la carpeta judicial, a pedido de Olguín, Milton Marcelo Ponce (33) y a Martín Rodrigo “El Niño” Gili (23) se presentaron en el boliche los días 5 y 6 de junio, golpearon el portón del boliche de Brown al 3100 y al no ser atendidos dejaron notas amenazantes que tenían un número de teléfono –en que usaba Olguín desde su celda– y la orden de “comunicate”. La firma, por supuesto, era de “la mafia. Tanto Olguín como Ponce y Gili se encuentran en prisión preventiva por otros hechos.