Marcos Iván D., el chofer de la línea K que fue baleado en la cabeza mientras prestaba servicio en la zona de Mendoza y Méjico, pelea por su vida. El hombre de 39 años ingresó en la tarde del jueves al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) donde permanece en cuidados intensivos.

Este sábado la directora del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, Andrea Becherucci, habló en El mejor día de la semana (Radio 2). "Continúa internado en terapia intensiva con asistencia mecánica ventilatoria y con soporte inotrópico, que son drogas para mantenerle la presión arterial en ascenso ya que producto de las lesiones, presenta alguna inestabilidad ", detalló.

La misma profesional había confirmado el viernes por la mañana que el conductor ingresó al Heca en paro cardiorespiratorio y que los especialistas le hicieron 17 minutos de reanimación para estabilizarlo. En la noche del jueves tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica vascular que, afortunadamente, fue bien tolerada, pero el cuadro sigue siendo crítico.

"No hay mejoras, las lesiones iniciales son muy críticas y con el correr de las horas es esperable que, al aumentar el edema y la inflamación de los tejidos, pueda presentar más inestabilidad", remarcó Becherucci.

Con respecto al trayecto de la bala, la directora del Heca explicó que ingresó por la región preauricular derecha y se encuentra alojada debajo de la piel a la altura del cuello. "No es el proyectil lo que está produciendo daño en este momento sino que son los tejidos que fueron lesionados cuando el proyectil recorrió la zona", sostuvo. "Esto es minuto a minuto, el cuadro es muy delicado", agregó.

Por fuera del parte médico, la directora del Heca destacó que el rápido accionar del Sies es lo que permitió que Marcos aún permanezca con vida. "La ambulancia llegó al lugar en 4 minutos y eso condicionó también que el paro cardiorespiratorio se haya producido entrando al hospital donde se pudo hacer la reanimación y estabilización adecuada", destacó.