Marcela Ontiveros es la mamá de Marcos Guenchul, el joven asesinado el 23 de julio pasado en Mendoza y Sucre. Busca recuperar a su nieta, la hijita de Marcos. Santiago Caio Soso, el padrastro de la nena, está imputado como co-autor del crimen. Un video, una carta, y la tensa relación con P., la madre de la chiquita por el régimen de visitas, parecen abonar a un homicidio irracional como planteó la Fiscalía.

“Mi corazón de madre me decía que algo venía”, dijo Ontiveros en contacto con Radiópolis (Radio 2). Y aseguró: “Voy a luchar para que mi nieta salga de ese círculo sucio, malo. Si mandaron a matar al padre de la nena... es terrible, es una locura”.

Según la acusación, la ex mujer de Guenchul y madre de la nena de ambos es la actual pareja de Soso, con quien convivía y esperaba a su vez, un hijo.

Para Ontiveros, P. “no supo asumir” que la relación con su hijo terminó y usó a su propia hija “de escudo”. Aseguró que es una mujer “manipuladora” y que su entorno “es capaz de todo”.

La mujer contó que Marcos luchó mucho para poder tener contacto con su hija. Hasta noviembre de 2018 la veía dos horas por semana: una hora el miércoles, otra hora el jueves. Aunque no siempre lo conseguía. Contó que P. ponía obstáculos: Marcos llegaba y la nena estaba dormida, o justo se habían tenido que ir al médico.

Cuando lo lograba, Marcos se llevaba a su hijita a una plaza cerca de la casa que P. compartía con Soso, y jugaban.

Pero después –siguió Ontiveros– las cosas se pusieron más difíciles y Marcos acudió a la Justicia que propició un encuentro semanal en Tribunales de una hora, los jueves de 8 a 9. Guenchul concurrió en tres oportunidades pero no se presentó nadie a llevar a la niña. Le hubiese tocado nuevamente el jueves 25 de julio, luego del receso invernal de la Justicia provincial, y el homicidio ocurrió el 23 de julio.

“Marcos volvía con los juguetes con toda la ilusión, venía destrozado”, recordó.