Lo primero que habrá que decir es que la figura de Lionel Scaloni es cada vez más grande. Supo cambiar cuando era necesario, valoró la actualidad de los futbolistas y le rindieron. Sacó a los que tenía que sacar y puso, casi siempre, a los que tenía que poner. En medio de la euforia es difícil colar una advertencia. Pero aquí va: el equipo suele dejar de jugar cuando saca alguna ventaja y eso le genera serios dolores de cabeza. 

En el primer tiempo, fue amo y señor del partido. En el segundo, no. Es cierto, Países bajos metió tres torres y apostó a los pelotazos. Pero Argentina cedió terreno, no se lo ganó su rival. Después del increíble empate, en la prórroga, el equipo de Scaloni volvió a su plan inicial. Y debió ganarlo también en los 120 minutos. 

Scaloni habló muchas veces de aprender a sufrir. Dijo que no se puede atacar todo el tiempo (es real) y que es necesario dominar todas las facetas del juego. Eso incluye a las defensivas. De todos modos, no es la primera vez que Argentina saca ventaja y se repliega. Demasiado. Casi tanto que se niega a contragolpear. El equipo le ofrece al rival armas que no tenía. 

El DT habló también de equipos inteligentes y a Argentina lo sorprendieron en el décimo minuto de descuento con una pelota parada por el centro del área. Hizo los cambios que dice el manual en el que cree. Quiso cerrar el partido. Sin embargo, le hicieron un gol de cabeza con siete jugadores propios en el área. Y el segundo, impropio de un Mundial.  

Nunca hay que dejar de jugar. Puede que el rival te lleve a defenderte, pero no es necesario empujarlo a que eso ocurra. Nadie va a negar que Países Bajos puede dominar a cualquier rival, pero este viernes no lo había hecho hasta que Argentina se lo permitió.

El apoyo a Scaloni es unánime. Él y su cuerpo técnico son ellos quienes hicieron de un equipo en ruinas a un campeón de América y un equipo serio en el Mundial. Nadie desconoce su valía y sus aptitudes. Pero hay una alarma, que se repite y debe ser atendida. Pasó contra Australia, en tramos, también en otros partidos.

Hay una puja ideológica entre quienes creen que la ventaja adquirida debe ser defendida con uñas y dientes a cualquier costo, Y otros, que sostienen que si sacaste ventaja jugando de una manera determinada hay que potenciar la idea que te llevó a ella. El manual tiene varias teorías, cada uno aplica la que quiere. Y la defiende con el resultado puesto.