¿Cómo capear el temporal en tiempos de exigencia extrema? El resto del año está en juego en un puñado de partidos y una decena de días en general. Central sufrió un golpe fuerte en el Gigante frente a Bragantino, recibe al puntero Independiente, viaja para jugar la revancha el martes en Brasil, donde, como mínimo, tiene que ganar y visita a Newell’s el domingo 22.

Un cronograma muy apretado, por demás de exigente y determinante para el futuro inmediato del equipo de Kily González que apostó todo a la Copa Sudamericana, desatendió el torneo local y está en una encrucijada de la que sólo saldrá con resultados. Con buenos resultados.

Poner todos los huevos en una sola canasta cuando la plantilla es acotada supone asumir riesgos que Central, o su cuerpo técnico en todo caso, decidió afrontar. Y las consecuencias pueden ser fuertes, dañinas o superadoras. Cara o cruz en un puñado de partidos de máxima demanda.

El gran problema es que la derrota frente a Bragantino en el Gigante achicó drásticamente el margen de error.

Primero Independiente. ¿Con qué plantel? ¿Qué debería hacer el DT, poner alternativos otra vez, hacer un mix, jugar con titulares? Central tiene un solo equipo por debajo en la tabla de posiciones (Platense) y el líder, al que enfrentará, le sacó 8 puntos en 5 partidos.

Después Bragantino. Salir a ganar a como dé lugar sabiendo que con la pelota en los pies el rival es bastante superior y sólo se puede emparejar con temperamento, entrega y esfuerzo, como sucedió en algunos tramos del primer partido, cuando Central compensó con fuego sagrado y la indolencia paulista un desarrollo desigual. Para la vara que se puso el conjunto auriazul, quedar afuera de la Sudamericana sería un golpe muy fuerte, difícil de asimilar. Y vistos los antecedentes, es probable que suceda.

Finalmente Newell’s. ¿Cuán vaqueteado o fortalecido llegará el equipo del Kily al clásico? ¿Con todo o con nada? ¿Con algo?

El equipo de Gamboa ya le sacó 7 puntos en la tabla de posiciones. No tendrá ninguna importancia si los canallas pasan a Bragantino, pero agrandará la brecha si se quedan en el intento.

Central apostó todo a la Sudamericana, desatendió el torneo local y está en una encrucijada de la que sólo saldrá con resultados

¿Independiente es un rival circunstancial o se transformó en una meta fundamental de cara al futuro cercano?

¿Bragantino dejó de ser una opción y se transformó en una chance poco posible o sigue siendo el objetivo fundamental?

¿El inmenso colchón que tiene Central frente a Newell’s le alcanza para prescindir de los resultados previos y llegar relajado al que generalmente es el partido más importante del año que cambia los humores y los proyectos al ritmo de la victoria o la derrota?

Hay algunas respuestas seguras, o todas.

El Kily seguirá poniendo todos los huevos en una misma canasta al menos hasta el martes. Ante Bragantino y frente a Newell’s jugará el once estelar o el mejor posible. Con Independiente, alternativo al por mayor.

El equipo auriazul recibió un golpe certero al mentón ante Bragantino y lo sintió. Ahora debe pertrecharse contra las cuerdas para recuperar la compostura y el aire. Aún debe afrontar tres rounds durísimos y mantenerse de pie con los intérpretes que el entrenador disponga.

Pero todo parte de un error propio que es común a casi todos los equipos de élite del fútbol argentino.

Apostar todo a un solo objetivo puede ser la gloria, pero generalmente transforma cada partido en un ultimátum que a veces funciona y otras, la mayoría, deja a los protagonistas con las manos vacías y una sensación de inestabilidad difícil de estabilizar.

Central se tejió su propia telaraña y ahora debe pelear para no quedar atrapado en ella.