Argentina sometió a Polonia durante los 90 minutos aunque recién pudo rubricarlo en el resultado en el segundo tiempo. Redondito.

La sorprendente derrota ante Arabia Saudita quedó definitivamente saneada. Es más, la selección salió fortalecida de allí.

Fue un tropezón feo, pero quedará como una mala experiencia en el comienzo de una Copa del Mundo que tuvo unas cuantas de esas sorpresas. De hecho, Australia, una de las últimas selecciones clasificadas en el repechaje, sacó de la competencia a Dinamarca, que amenazaba con ser sorpresa y traía en su foja de servicios dos victorias consecutivas sobre Francia.

Es cierto que Polonia fue una muy pobre expresión futbolística, como todo el torneo en realidad, pero lo más importante del equipo de Scaloni es que recuperó gran parte de la esencia que lo llevó a mantenerse invicto durante 36 partidos, ganar la Copa América y la Finalissima.


La respuesta anímica tras fallar otro penal obsequiado por el VAR, este más alevoso que aquel, también marca un punto alto en la selección que pareció ni siquiera inmutarse por la gran atajada de Szczęsny.

Todo positivo. El resultado, el primer lugar, el rival de octavos de final y fundamentalmente el rendimiento.

Una muy buena previa para encarar el verdadero Mundial, el que está reservado para muy pocos.

Ir de menos a más, crecer con el correr de los partidos y fortalecer el temperamento en el momento más indicado suele ser una gran receta.

No obstante, el “filósofo” Mostaza Merlo tiene el método desde 2001: “Paso a paso”.