No debe despreciarse la Copa Argentina. Jamás. Es un atajo muy tentador para obtener un título y acceder a las millonarias copas internacionales. En su momento, Central lo tomó como una obsesión. Hasta que la ganó con el Patón Bauza sentado en el banco de suplentes.

Newell’s no parece, históricamente, enganchado con la competencia. Quizás por oposición. Vaya a saberse. Pero lo cierto es que aunque desatendió el partido con Ituzaingó, salió airoso con mucha comodidad. Subió el primer escalón de apenas 6 que tiene la competencia para consagrarse.

Es cierto, los rojinegros están a cuatro partidos de ser campeones de la Copa de la Liga Profesional, pero ese camino es mucho más complejo. Si bien los partidos hay que jugarlos, el equipo de Sanguinetti primero tiene que clasificarse y después afrontar los cruces de cuartos, semifinal y final en los que seguramente se encuentre con todos rivales muy competitivos y en general superiores en juego. Se insiste, no obstante, los partidos hay que jugarlos.

Para el choque con Ituzaingó del miércoles pasado, Sanguinetti dejó entrenando en Rosario a Pablo Pérez, Lema, Julián Fernández y Juanchón García, cuatro referentes que no compartieron con el grupo el inicio del trayecto en la Copa Argentina

“Son decisiones”, diría Miguel Angel Russo, pero lo que hoy Newell’s eligió como prioridad es el camino más dificultoso de los dos que podía tomar.

Alegría leprosa en Paraná

Consumada la victoria con Ituzaingó con una holgura notoria, lo escrito más arriba pierde prácticamente valor, más bien se aplicaría a una derrota que a un triunfo.

Pero sirve para mirar más allá. Y, justamente, observando las llaves de la Copa Argentina, se comprueba que para Newell’s llegar hasta las semifinales, por ejemplo, o sea, quedar a dos partidos de un título, es mucho más sencillo, en el terreno de las suposiciones porque los resultados mandan, que llegar a las últimas instancias de la Copa de la Liga Profesional.

Newell’s no debería subestimar a la Copa Argentina porque tiene con qué acercarse por primera vez a instancias decisivas.

Lo mejor de los rojinegros en esa competencia no lo quieren ni recordar. Fue en 2018 cuando quedaron eliminados en cuartos de final por Central, que encima después fue campeón.

Pero oteando el horizonte, la semifinal de esta edición no está tan lejana y no tiene tantos obstáculos. Por eso Newell’s no debe despreciar, como casi siempre hizo hasta aquí, a la Copa Argentina.

En 16avos de final enfrentará a Aldosivi. Si supera esa instancia, en octavos jugaría con el vencedor de la llave entre Chaco For Ever y Talleres. En cuartos podría tocarle Independiente, Vélez, Atlético Tucumán o Independiente Rivadavia de Mendoza.

Todos los equipos mencionados tienen un pobre presente más allá de que eso no asegura ningún resultado. Lo sufrió Newell’s en su propia cancha frente a San Lorenzo hace poco más de una semana.

Lo peor que le podría pasar a Newell’s en semifinales es enfrentarse a Estudiantes, hoy uno de los tres grandes candidatos a quedarse con la Copa de la Liga Profesional.

Pero a esas alturas las fuerzas se emparejan.

A Newell’s le salió bien, muy bien, cuidar jugadores de cara al choque con Gimnasia, pero no hacía falta tentar al demonio con un equipo que jamás jugó junto y de hecho tuvo sus desacoples.

La Copa de la Liga Profesional es tan cercana como casi utópica. La Copa Argentina parece más terrenal. Y no es una mala opción.