“Falló el criterio y cuando eso sucede, no le escapamos a la realidad, más allá de que por una cuestión de preservar a los árbitros y a la herramienta, en esta primera etapa no estamos mostrando todos los audios de los partidos. Estamos trabajando en un plan de comunicación que a futuro lo vamos a hacer, porque no hay ningún problema en hacerlo (será a partir del próximo campeonato). Se dio esta jugada en cancha de Banfield, donde entendemos que no fue penal desde ningún punto de vista”. La declaración corresponde a Federico Beligoy, Director Nacional de Arbitraje de la AFA, quien salió al cruce de la polémica mediática que se generó tras el penal que cobró Pablo Echavarría en favor de River a instancias del VAR.

Echavarría, el juez en la cancha, fue inducido al error por Darío Herrera, el árbitro VAR porque el primero en considerar que podía ser penal fue Herrera. Por eso lo convocó al tótem para que revisara la jugada. Tampoco es un detalle, en este caso, que quien llama es un árbitro de la primera línea de jerarquía y el que recibe la sugerencia es un inferior en esa estructura. La presión sobre el juez de campo es grande, pero tiene que aprender a manejarla. Es parte del crecimiento que vendrá acompañado de la experiencia en la utilización de una herramienta que, sin dudas, achica el margen de error. No siempre que los jueces sean convocados por el VAR tienen que cambiar su sanción original.

“El VAR identifica una situación, a nuestro entender errada, y lo llama a Echavarría para que la revise. A nuestro entender, no tomó la mejor decisión. No es una mano sancionable. Nos equivocamos, como nos equivocábamos cuando no había VAR también nos vamos a equivocar con VAR, y lo dijimos desde el primer momento”, volvió a aclarar Beligoy.

Y aquí otro punto a tener en cuenta. Hay jugadas de apreciación y las decisiones son tomadas por personas, como antes. Lo que no debe ponerse en duda es la herramienta. Además, hay mucho de la mecánica de funcionamiento que se debe aprender, sobre todo de parte de los protagonistas.

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Battaglia, el técnico de Boca (por ahora), reclamó en conferencia de prensa que al menos se revisen algunas jugadas desconociendo que el VAR revisa permanentemente, todo el tiempo, y si no llama al árbitro para que vea el video es porque considera que no es necesario.

Ahora, cuando aparece un error, como el del domingo pasado en Banfield-River, los responsables son más. El árbitro VAR, el AVAR, el juez del partido y los asistentes.

Que sean más personas, ayudadas inclusive por la tecnología, no significa que desaparezcan los fallos erróneos. Sí es claro, se insiste, que achica muchísimo el margen de error.

¿Cuántos penales aparecieron con el VAR? ¿Y los goles bien anulados? ¿Y los ratificados con el nuevo sistema? El saldo en las primeras semanas de utilización es ampliamente positivo, incluidos los errores, en todos los casos en jugadas de apreciación.

De hecho, las fallas no se cometen sólo aquí, en todo el mundo hay jugadas polémicas porque aparecen situaciones del juego que son de interpretación que inmediatamente generan discusiones. Por supuesto, el supuestamente perjudicado está en contra y el beneficiado al revés.

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Conviene recordar, nunca habría que olvidarlo, que el error arbitral forma parte del juego. Obviamente, mientras más se minimice, mucho mejor.

Con el VAR el árbitro principal no pierde autoridad porque es el que decide, o no debería perderla. Lo que sucede es que en la Liga Profesional Argentina todavía son muy permeables al llamado del VAR. Echavarría es un ejemplo. Y ese es un ítem a corregir. Como tantos otros.

Llevará un tiempo, pero terminará siendo una herramienta fundamental para darle más justicia al fútbol.

Eso sí, hay que transitar los primeros tiempos con mucho cuidado porque la mala utilización del VAR puede desnaturalizar el juego y llenarlo de fantasmas.