“Es tarde, pero es nuestra hora…Es tarde pero es madrugada si insistimos un poco”.

Estas palabras nos remiten a don Pedro Casaldáliga de quién se cumple un año de su partida. Lo llamaban “el Obispo del Pueblo” en la diócesis de Sao Félix de Araguaia, en la Amazonia brasileña, donde sirvió por 52 años. Había nacido en Balsareny, España, el 16 de febrero de 1928. El gobierno español al expresar sus condolencias destacó la ingente labor religiosa, humanitaria y social del religioso catalán: “Creyó en la justicia y en la esperanza, y en la opción por los pobres, el acceso a la tierra, la defensa de los más débiles y de las comunidades indígenas, así como en la protección de la Amazonia y el medio ambiente”.

Quienes compartieron de cerca la tarea pastoral de don Pedro supieron que antes también, pero más que nunca ahora, que ésta y las que vienen son, sin dudas “nuestra hora". Como lo es también para nosotros hoy. Hora y tiempo completo de reconocer los desafíos que tenemos por delante; aunque parezca que llegamos tarde o nos digan que es imposible. La Justicia, la causa de los pobres y su derecho inalienable a Tierra, Techo y Trabajo, el Cuidado de la Casa Común y otros escenarios que nos interpelan cada día, no pueden esperar más.

Dejemos entonces que este Profeta y Poeta nos anime a la tarea.

Las causas por las que vive

“Me llamarán subversivo./ Y yo les diré: lo soy. /Por mi Pueblo en lucha, vivo./ Con mi Pueblo en marcha, voy. /Tengo fe de guerrillero/ y amor de revolución./ Y entre Evangelio y canción/ sufro y digo lo que quiero”. / “Mis causas valen más que mi vida. Mis causas se pueden resumir en las causas de Jesús: que todos tengan vida aquí en la tierra y en el cielo…Son las Causas de todas y todos los que militan…Las Causas de la Humanidad. Son nuestras Causas…son las Causas de Dios”. “No quiero homenajes, Sí que se divulguen las grandes Causas”.

“Es tarde pero es todo el tiempo que tenemos a mano para hacer el futuro.

Es tarde pero somos nosotros esta hora tardía”.