Esta semana en Rosario habrá una reunión trascendente. El Poder Judicial argentino se convoca para intervenir el complejo entramado narco que hace más de una década azota las calles de Santa Fe, acaso el distrito más anarquizado por el delito y sus complicidades.

Jueces federales de todo el país expondrán el próximo jueves en Rosario sobre "El juzgamiento del narcotráfico", en el marco de una jornada en la que se anuncia la participación de todos los Ministros de la Corte Suprema de Justicia, junto con el procurador General interino de la Nación. “Va ser grossa, van todos”, dijo uno de los organizadores.

El tema es complejo. Un dato, las consideraciones del Ministro de Seguridad de Buenos Aires Sergio Berni, conocedor de la organización criminal argentina, develan los argumentos de la preocupación. Según dijo en Radiopolis (Radio2) Aníbal Fernández “no quiere intervenir con el compromiso requerido un problema tan complejo”. Desde Buenos Aires leen que el sistema Santa Fe con respecto a las cajas del narcotráfico puede animar a las bandas dedicadas al negocio en otras provincias a imitar el esquema. Y quieren cortar con eso. El narcotráfico puede ser como una mancha de aceite deslizándose espesamente por territorios prolijamente controlados por la Policía, la Política y la Justicia.

Los jueces federales y de la Corte hablarán del "juzgamiento del narcotráfico". La foto de Pablo Javkin con Horacio Rossati esta semana (post encuentro con Alberto Fernández y Omar Pertotti) devela el interés de meter antibióticos en ámbitos muy infectados. La jornada fue convocada para el jueves 12 de mayo por la Asociación de Jueces y Juezas Federales de la Argentina (Ajufe) y se desarrollará en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario.

En las últimas horas, desde Ajufe enviaron una nota al presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Magistratura de la Nación, Horacio Rosatti, para extender la invitación a todos sus miembros. “El plan es que vayan todos”, confiesan.

"En atención a los nuevos desafíos que implican el narcotráfico y el crimen organizado, desde la AJUFE aspiramos al fomento de una agenda de trabajo conjunto con distintos actores relevantes de la sociedad y de los poderes estatales para perfeccionar la investigación y juzgamiento de estos delitos", señala la invitación. "El acto contará con la presencia de jueces y juezas federales de todo el país, los Ministros integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Procurador General de la Nación y autoridades nacionales, provinciales y municipales", agregan.

Será una foto y dos horas y media de reunión. Un toque y me voy. Pero también un alerta institucional. El Poder Judicial quiere exponer el peligroso sistema de entregarle impunidad a la rusticidad narco policial por el fastuoso negocio del narcotráfico.

No es nuevo en este tiempo y en muchas causas judiciales queda develada sin metáforas. Las organizaciones delictivas se atreven a imponer sus leyes y reglas de terror y muerte a quien quiera discutirlas. La sufren vecinos, comerciantes, trabajadores.

Extorsiones a comercios, control total del territorio. La vida tiene dueño y ese dueño decide qué se hace y qué no. Quién paga y quién no. La casa, la comida, quién come y quién no. Narcopunteros.

Las sentencias sumarias del mundo narco son implacables: rige en las calles la pena de muerte para el incumplimiento, el robo de mercadería o tan solo la competencia. Pena de muerte por hablar o denunciar a la policía o por mirar feo al “pesadito” de la vereda.

El listado de casos de las últimas semanas detalla la modalidad de ese tribunal narco impiadoso. Armas cargadas para ajusticiar en un insano y criminal pelotón de fusilamiento. La guerra es total y no sirve con ser elegantes y genuflexos con esos comandantes de la muerte. Son dueños de armas cargadas, el tiempo y la zona liberada para hacer lo que quieren y donde quieren.

Esta semana se conoció un texto de una mujer presa por causas narcotráfico. Lorena Verdún se asume como la “viuda” de Claudio “Pájaro” Cantero, si bien en el momento del crimen ya no era su pareja, sino la madre de sus hijos. Desde su celda de Ezeiza escribió unas líneas donde acusa a medios y periodistas de ser culpables de muchas de las muertes que ocurren en Rosario. “Los medios son la parte fundamental para fogonear todo lo que está pasando. Algunos medios de prensa son los culpables de tantas muertes, de tanta corrupción. Informan con cizaña, maldad y mientras tanto las cárceles se llenan de perejiles”, escribió en la carta viralizada a través de las redes sociales.

El peligro es el tribunal anarquizado que impone la lógica criminal. “Si no me gusta lo que haces o decís podría sancionarte a mi manera”. Tal vez sin quererlo deja un espacio para las sugerencias: imponer su ley al oficio informativo. Cómo dar o no dar una noticia. El narcocrimen fantasea con definir también ese rol y la ética del periodista y amenaza con sanciones para quienes no las acepten.

Nadie está a salvo de este panorama espantoso. No hay periodista a salvo si todos no lo están. No hay condescendencia ni genuflexión posible frente al embate que sugiere el texto tras el encierro. Ofender el status quo del narcocrimen es el deber de cualquier informador, no esperar su aplauso tras las rejas.

Después de texto de Verdún, donde menciona en duros términos a colegas de Rosario, hubo preocupación de Fopea y Adepa. “Las acusaciones y los insultos contra los periodistas por parte de una líder de una organización criminal son una clara intimidación en un contexto atravesado por la creciente violencia en Rosario. Fopea alerta sobre la gravedad de la situación y reclama a las autoridades políticas y judiciales locales medidas urgentes y concretas”, dice el texto del Foro de Periodismo Argentino.

Un anuncio como un alerta institucional que podría ser preocupante. Porque a esta altura del sangriento partido todos sabemos de qué manera el poder narco intenta amedrentar a quienes deciden enfrentarlo.