En 2001 tres amigos iniciaron un proyecto musical electropop al que llamaron Matilda. Pasaron más de dos décadas, el trío se volvió dúo pero la esencia de la banda continuó siendo la misma: hacer bailar con letras cercanas a la realidad. Llevan más de dos décadas sobre los escenarios y el próximo sábado 28 presentarán su séptimo álbum al que denominaron “Bailando en la tempestad”. 

Juan Manuel Godoy –conocido en la escena como Checho– es la voz de Matilda pero antes estudió cine y trabajó durante 24 años como empleado público del Ministerio de Salud en Villa Moreno. Conoció a Ignacio "Nacho" Molinos cuando se usaba intercambiar fanzines. Uno hacía canciones, el otro tocaba el bajo y producía música

De ese amor por las películas que tenían en común surgió el nombre Matilda, en homenaje al personaje de Natalie Portman en El Perfecto Asesino, que le dio identidad a lo que tenían en mente: hacer canciones que se alejen del rock barrial, que sean más naíf y provoquen ruido. A ellos se sumó Maximiliano Falcone pero al poco tiempo el trío se disolvió y el proyecto musical continuó en dúo. 

“Desde el primer momento fuimos muy sinceros con lo que queríamos”, contó Checho a Rosario3. No eran músicos, pero tenían intenciones de crear en Rosario algo nuevo. Y vaya que lo hicieron. Llevan 22 años produciendo su propio estilo musical y se convirtieron en la primera banda electropop de la ciudad. 

Trabajan desde la autogestión y en equipo, escriben las canciones, producen la música y además comunican sus contenidos. Se dividen las tareas, Checho en la parte de prensa, Nacho en las cuestiones técnicas pero “no hay un día que no estemos haciendo o pensando algo para Matilda”. Se propusieron desde 2001 ser un espacio de felicidad para ellos y para quienes escuchan.

En ese sentido, el músico hizo una comparación de la banda con una tradicional pizzería de Rosario. “Vos vas después de muchos años, pedís una pizza y es de la misma calidad que siempre. Noble, sincera. Eso hacemos nosotros con Matilda”, sentenció entre risas, refiriéndose a lo que sucede en cada show de la banda donde hay baile garantizado pero también espacio para letras profundas que narran historias, realidades y abren preguntas. 

La osadía de bailar en la tempestad

 

El dúo nació con la crisis económica, política y social del 2001. Cuando todo era hostil apostaron a la música como forma de liberación y al baile como síntoma de vida. 

Sobrevivieron a la imposibilidad de tocar en pandemia que lejos de detenerlos los motivó a la creación de su séptimo álbum al que denominaron “Bailando en la tempestad” y que narra a lo largo de 10 canciones la realidad de un país y una ciudad atravesada por el miedo, la precarización laboral, la violencia pero también la ternura, la resistencia y el amor. 

El último disco de los rosarinos cuenta con muchas colaboraciones pero con una muy especial. En “Lejos del centro” se puede escuchar la voz de Litto Nebbia. Hacía 10 años que Molinos había trabajado con él y no tenían contacto con el músico desde entonces. Sin embargo, le mandaron un mail contando la idea y luego de unos meses llegó la grabación. 

«A mis fans les va a parecer raro», nos dijo Litto cuando nos mandó su parte. Para nosotros que una leyenda de la música argentina como lo es él haya salido de su zona de confort fue muy emotivo”, cerró el músico que el próximo sábado 28 a las 21 se subirá al escenario del Galpón 11 (Estevez Boero 980) y entre luces y pasos excéntricos le pondrá voz al último material discográfico del proyecto musical que resiste tempestades.