Adrián Berra lleva 16 años en la escena musical. Hizo su camino por el sendero de la autogestión y se instaló en el género canción manteniendo un íntimo y cercano ida y vuelta con sus seguidores que han crecido notoriamente con el tiempo. El próximo sábado regresará a Rosario para recordar las canciones de su trayectoria, mientras termina de pulir “Respirar bajo el agua", su próximo disco. 

“Estoy en plena transición entre la salida del disco nuevo y volver a tocar con el equipo completo, una banda más grande. Pero tenía ganas de despedir este formato más acústico de la misma forma en que lo transité, con un concierto solo, conectar con la guitarra”, comenzó contándole a Rosario3 el cantautor que el destino, el amor y las canciones lo llevaron a instalarse en las Sierras Chicas de Córdoba. 

Berra abre su corazón en cada respuesta. “Contesto mientras pienso en voz alta”, dice entre risas. A la hora de responder si siente un poco de nostalgia por dejar atrás un género determinado de música, el cantautor fue sincero: “Nostalgia no porque me entusiasma lo nuevo”, aunque después lo pensó mejor y admitió que "un poquito de eso hay". 

En relación a su cuarto álbum, “Respirar bajo el agua” que saldrá en Marzo 2023, contó que le cuesta bastante describirlo o encasillar las canciones en un género específico pero aseguró que más allá de contar historias, el nuevo material trata “de convivir con las emociones y el paso del tiempo”. 

Berra aseguró que los cambios que se escucharán en su próximo disco (que pronto dará a conocer un adelanto) tienen mucho que ver con su momento personal. El estar viviendo en las montañas, rodeado de amigos que siempre estuvieron apoyando y acompañando, por eso considera que lo esencial es “no olvidar” de dónde venimos, qué hicimos y quiénes estuvieron ahí para que eso se concrete.

A pesar de la humildad del músico y el perfil bajo con el que decidió llevar adelante su trayectoria musical, hay una realidad que lo convierte en unos de los referentes de la canción: 3 discos editados, 2 singles, un largometraje y 37 millones de reproducciones. “Hoy todo es número, todo es matemático”, acotó Berra pero sostuvo que prefiere creer en lo que no puede ser contabilizado. “Estoy muy agradecido con la gente, porque este proyecto fue creciendo de a poco y fue por el cariño hacia mis canciones, ese sentimiento no se mide”. 

Sobre “Viajes a Pequemonia”, la película que grabó durante la pandemia para combatir contra la tristeza que le generaba no subirse a escenarios, el músico dijo: “ En poco más de un mes la armamos. Queríamos abrir la intimidad del proyecto y eso hicimos. Se vino todo el equipo a mi casa, en las Sierras y fueron 10 hermosos días de trabajo. Es como una joyita que les quería regalar, de hecho la promocionamos poco porque  me gusta que la gente que sigue las canciones desde hace tiempo, un día cualquiera se encuentre con esto. El descubrirla por uno mismo la convierte en especial, hace que se la quieras mostrar a todos, es tuya”. 

Además de repasar grandes éxitos como “Un beso en la nariz” o “Desaprender”, el cantautor eligió para su visita en Rosario una propuesta interactiva: le pidió al público que lleven sus instrumentos. “Es un delirio”, mencionó riéndose pero la historia de esta propuesta merecía ser contada: “Cuando comencé a tocar, hace 16 años, me daba temor, inseguridad y hasta pudor estar solo en el escenario, entonces cuando mis amigos me decían que iban a ir al show yo les pedía que lleven sus guitarras y en determinadas canciones los hacía subir. No sé, me daba tranquilidad contar con aliados”, recordó. 

Esa dinámica será la que se retomará este sábado en Plataforma Lavardén. Quienes lleven sus instrumentos subirán a tocar con él y el público será el encargado de cantar. “No importa la afinación, armaremos la nuestra propia, como en la cancha, algo unísono y colectivo”, confesó.