Unas cinco mil personas asistieron el último domingo al recital que Silvio Rodriguez ofreció en la carpa hangar del predio de la ex Rural, en el Parque Independencia.

En dos horas de concierto –que comenzó unos minutos antes de las 21–, el trovador con la habilidad de hilvanar palabras y melodías hasta borrar las costuras recuperó más de una veintena de temas de su cancionero.

Apoyado en un septeto de excepción, el músico cubano abrevó en el latin jazz y el folclore latinoamericano para (re)vestir sus composiciones.

“Yo te quiero libre” abrió el concierto.  “Tu soledad me abriga la garganta”, “Judith”, “De la ausencia y de ti, Velia”, “La gaviota”, “Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena”, ”Jugábamos a Dios”,  “América”, "Día de agua", De pronto la tatagua", "Te amaré" y "Sueño con serpientes" la siguieron durante la noche.

No hizo falta que el listado de la fecha llegara a “La maza” para que se escucharan largos aplausos. Pero tanto con la canción incluida en el disco Unicornio como con “Óleo de mujer con sombrero” y “El necio” el estallido vino acompañado de un coro de cinco mil voces que iban de los 20 a los 60 años. Una chance de la que sólo gozan algunas letras.

Faltaba una hora todavía para que “Ojalá” retuviera al vendedor de gaseosas en una silla vacía. Levantó el celular, puso la yema en el “micrófono” de su WhatsApp y grabó. Probablemente, un pedido. O quizás un regalo.

Faltaba más de una hora para que llegaran los bises, cuando los versos de “Eva” se hicieron cuerpo, literalmente. Montones de pañuelos verdes –que identifican a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito– se mostraron a brazo alzado.

Un improvisado pañuelazo respondió a eso de que "Eva no cree en un príncipe azul" y resiste como mito de origen una costilla. “Eva cambió la señal”.

La banda

La banda que acompañó a Silvio Rodríguez está integrada por Rachid López en guitarra, Maikel Elizarde en el tres, la flautista y clarinetista Niurka González, Oliver Valdés en batería y percusión, Jorge Reyes en contrabajo, Jorge Aragón en piano y Emilio Vega en vibráfono.