A los 16 se fue de Rosario para comenzar a escribir una las páginas fundacionales de la historia del rock en nuestro país. A lo largo de su prolífera carrera ha escrito y grabado más de 1.400 canciones y manifiesta las ganas de seguir tocando en vivo como algo esencial. Litto Nebbia regresa a su ciudad para presentarse en dos noches que reunirán dos de sus pasiones: el cine y la música.
En su primera presentación, el artista compartirá su álbum “Cuadernos del cine francés de los '60” y conversará sobre el Cine Noir de Francois Trufautt, Jean Luc Godard, Alain Resnais, entre otros. En el proyecto hay también búsqueda visual, es decir, ponerle imágenes a la música que escribió. Para eso convocó a Ricardo Murad, fotógrafo y amante del cine, para la colaboración.
La segunda presentación estará marcada por la interpretación de las “Canciones de todos los tiempos”, en formato y clima íntimo. No faltará un espacio donde tocará y cantará temas al azar junto a los presentes, y narrará detalles y anécdotas de su composición.
-¿Cómo vivís el hecho de volver a cantar en tu ciudad?
-Siempre, lógicamente, es un gusto. Me encuentro con amigos y siempre en algún lugar caminando por la calle, donde sea, me encuentro alguna mujer o algún hombre que conocía a mis padres y que tiene algún recuerdo de algún lugarcito por donde me veían andar hasta que me vine para acá a los 16 años. Y después bueno, el público que está. Yo tengo lugares de mayor preferencia que tienen que ver con mi vocación y que hablan de Rosario, que uno ha nacido ahí y todo su poder de vocación sale de ahí, con mis viejos que eran músicos y todo lo que ya sabemos. Después hay otros lugares también que te gustan mucho, pero en realidad a mí me gusta salir a tocar y en todos los lugares la impresión que me llevo es de la gente que se me acerca cuando uno termina de tocar y me hace comentarios. Esa es la cosa más agradable y más buena que hay.
-En esta oportunidad vas a hacer dos presentaciones y con programas diferentes. La primera está relaciona con música de películas…
-Sí, lo quiero aclarar porque alguna gente pensaba que yo iba a cantar. No. Ocurre que yo soy muy loco por el cine y lo único que he hecho y que hago cuando sale para con el cine, es hacer música, bandas sonoras para películas o cuando me piden canciones también. Hace dos o tres años uno de los discos que saqué, fue uno instrumental que se llama “Cuadernos del cine francés de los ‘60”, porque son músicas instrumentales que escribí evocando una cantidad de películas de lo que era la Nueva Ola del cine francés, el cine policial negro, que es el que yo vi a mis 15 o 16 años. Toda aquella cosa de Francois Trufautt, Jean Luc Godard, de Alain Resnais, entre otros. Esas películas que son divinas y que han marcado muchas cosas del cine internacional, a pesar de pasar el tiempo, las reestrenan y siempre aparecen en muchos lugares referencialmente.
Esas películas tienen unas músicas hermosas hechas por grandes maestros de lo que ha sido ese cine, que son Michel Legrand o Georges Delerue y una cantidad de músicos impresionantes. Digo como me hubiese gustado escribir a mí una música de esas películas, y bueno entonces me puse a escribir una canción para algunas de ellas. Un manojo de doce o trece canciones, y después que lo terminé, con un amigo muy fanático que vive en España que es fotógrafo y también loco por el cine y la música, Ricardo Murat, decidimos hacer una especie de visualizaciones, no lo quiero llamar clips porque no son clips míos, sino que son cosas filmadas en lugares.
Lo que hicimos fue al revés de cuando le pongo música a una película. Acá lo que hicimos fue visualizar, darle un poco de proyección cinematográfica a músicas escritas en homenaje a esas películas. Entonces en el primer día, el viernes, voy a pasar cuatro de esas peliculitas que duran dos, tres minutos cada una, y voy a cantar un montón de canciones que están relacionadas, canciones que han aparecido en películas. Muchas veces te piden una canción para una película, otras veces te piden la banda sonora, pero la banda sonora es siempre todo instrumental y muy atento a la situación dramática de lo que ocurre por la acción.
-Cuándo escribís alguna canción para película, ¿es más fácil la tarea compositiva porque ya tenes algunas pautas claras de la temática, climas y demás?
-No es ni más fácil, ni difícil; es una tarea donde uno presta otra atención. He utilizado todos los métodos posibles, pero más que nada por el entusiasmo, por las ganas de hacerlo. Por ejemplo cuando filmamos alguna película en la que hice la música, de este gran director y poeta amigo que se marchó, Eduardo Mignogna, cuando hice eso de pronto él iba a filmar una parte al día siguiente, que era la llegada de un tren muy viejo junto con el protagónico de la película. Esto quedaba en Junín, y yo antes de que él filmara, le había hecho una música diciendo “mira esto es para mí lo que va cuando se aproxima ese tren y bla bla bla”, y otras veces él llegaba de haber filmado en algún lugar algo nuevo, me lo mostraba luego en una salita y yo me iba con la duración exacta de eso y veía en el lugar que podía entrar la música que a mí se me ocurría.
-Hablemos de la segunda noche, ¿qué vas a presentar?
-Bueno, primero muchas canciones conocidas, de esas que te pide todo el mundo siempre, porque viste lo que pasa con el repertorio, vos podes tener muchísimas canciones y muchísimos discos como yo, que por mi larga trayectoria y porque soy muy prolífico gracias a Dios tengo escritas y grabadas 1.400 canciones, pero hay veinte que son las más conocidas históricamente, muchas de las que han quedado grabadas generacionalmente y han tenido ese don de gustar, esa suerte de que después se traspasan de generación en generación.
Entonces yo canto esas canciones siempre, en todos los lugares, tanto sea que vaya a tocar solista como voy ahora con guitarra y piano. Aprovecho la ida de la tocada para cantar un montón de música que no se conoce, porque esa música que está en cada disco de donde se desprende una canción que ha tenido la suerte de ser más divulgada que más le ha gustado a la gente y el resto de las canciones no se acuerda nadie y nadie las divulga ni las pasa, porque siempre la radio o la tele lo que hacen es tratar de pasar las novedades o las cosas nuevas solamente.
Aprovecho cuando voy en vivo y entonces se arma un lindo espectáculo porque yo le voy contando a la gente la cocina, intimidades, donde escribí esto, donde hice lo otro. De pronto sucede que canto una canción que les digo “esta canción la escribí cuando tenía 16 años y en cambio esta que sigue la escribí hace dos meses”. Me gusta también mostrar como puedo ir cambiando la música por el crecimiento cronológico, por la propia madurez, por el estudio, por lo que sea, pero mantener el estilo. Yo tengo un determinado estilo en cuanto a líneas melódicas, armonías y a la manera de cantar y eso me ayuda siempre a seguir adelante mostrando mi música.