La cantante y compositora española Bebe desembarca por primera vez en Rosario. El concierto es este viernes a las 21.30 en el teatro El Círculo, Laprida y Mendoza. 

Nacida en Valencia pero criada en Extremadura, María Nieves Rebolledo Vila inició su carrera con una declaración de principios: Pafuera Telarañas. Su álbum debut fue lanzado en 2004. Allí estaba "Malo", un tema que la compositora escribió “en la intimidad de su casa” y que la llevó más allá de las fronteras de España.

“Y tu inseguridad machista se refleja cada día en mis lagrimitas”, reza parte de la letra de la canción que reproduce en primera persona la(s) violencia(s) de género.

"A «Malo» le debo dónde estoy; ojalá no tuviera que cantarla", afirmó en diálogo con Rosario3.com.

Luego publicó Y…, en 2009; y Un poquito de rocanrol, en 2012; dos placas que le valieron nominaciones a los Premios Grammy: mejor disco latino y mejor álbum del año, respectivamente.

Cambio de piel (2015) cortó un silencio de cuatro años. Un recorrido por este álbumes y los anteriores, además de canciones inéditas integran el setlist del concierto de este sábado, según adelantó Bebe en la charla telefónica.

También habló de sus primeros recuerdos con “la música”, de cómo escribe las canciones, y de las "inseguridades" que aún siente en el estudio antes de grabar.

—¿Cómo empezó tu relación con la música?
—En casa en mi familia, con mis padres; de manera natural y habitual. La casa siempre estuvo llena de música. Mi padre era músico aficionado y cuando era joven tenía un grupo. Y como pareja (con su madre) integraban con amigos un grupo de folclore extremeño. La música era parte de sus vidas, aunque cada uno tenía sus trabajos. 

—¿Y fue para vos una manera de relatarte o la intención era poner en palabras l. pasaba, más allá del registro autobiográfico?
—Yo lo que hago son reflexiones. Da igual si a veces hablan de mí o de qué hablan. Aunque si las pienso yo, son mías. Pero también hay muchas cosas con la que una juega en la música y es importante que eso se haga. (…) La inspiración de la música es la misma vida. Y cuando tú hablas de un par, estás también hablando del mundo. Creo que la música no debe estar siempre reivindicando porque eso ya sería un poco aburrido. Lo mejor de la música es que hay tanta que puede provocar tantas sensaciones. Tienes música para protestar, para reír, para bailar, para llorar; limitarla a algo no me parece agradable. 


—”Malo” es la canción que te puso en otro lugar, si lo pensamos en términos de popularidad. A vos, ¿qué te representó personalmente la canción?
—Es la canción a la que le debo dónde estoy, el hecho de estar hablando contigo ahora mismo. Es la canción que me dio a conocer. Y es lo que representa lo que se estaba viviendo cuando la escribí y que todavía continúa en España. (Escribir una canción) es algo que una hace en su intimidad y que jamás piensa que va a tener una respuesta tan bonita en tanta gente. Ojalá no tuviera que cantarla... pero para mí hasta aquí es todo bonito y positivo

—En todos estos años y cuatro discos, ¿hay algún otro momento artístico que te haya marcado o puesto en otro lugar?
- Sí, el teatro. He hecho unas obras y ha sido muy emocionante. Una de las últimas cosas que hice fue Antígona, en el teatro romano de Mérida, donde hace dos mil años se hacían obras clásicas. Y era una Antígona del siglo XX, mirando a la Guerra Civil (española). Ese teatro se utilizó como.... como campo, como matadero. Y hacer teatro allí, en ese lugar y con esa carga emocional que tiene y ese papel...

—¿Te pensaste como dramaturga, escribiendo alguna obra?
—No. Zapatero a tus zapatos (risas). Es maravilloso lo que escriben los demás 

—¿Cómo será el recital en Rosario? Qué podés adelantarnos? 
—Lo que te puedo adelantar es que tenemos un show acústico en formato de trío, con Javier Pedreira, en guitarra, y Carlos Sánchez, en batería. Y es un formato que me gusta mucho. Ellos tienen una fuerza que es como si vinieras con toda la banda. Y además, es un set que genera mucha más cercanía con el público. De repente yo hablo más. Es como que entras en otro temple, otro ritmo. Esto no significa que no me vaya a pone de pie o que no me revuelque por el suelo (risas).

—¿Y cambiás las versiones?
—Sí. Imagínate que aquí las hacemos con guitarra, batería y voz. Y que hay canciones que, de repente, no están editadas y también las hacemos. Hay canciones del último disco, hay canciones antiguas y otras que no podemos dejar de hacer, evidentemente, porque nunca he estad. en Rosario.


—¿Y sos de darle muchas vueltas a las canciones?
—Depende. Hay canciones que salen de un tirón y otras que te llevan más tiempo. Por ahí tienes cosas escritas de hace unos años y las unes con cosas que acabas de escribir. Entonces, toman vida propia y sentido. También hay canciones que creo que están terminadas y, de repente, estás en casa y algo cambia. O cambia en los conciertos, que me arriesgo a tirar cosas y sale eso que le faltaba a la canción. No hay una regla.

—Después de cuatro discos y las giras, ¿cambió en algo la relación con tus composiciones? ¿Una mayor seguridad o esta siempre estuvo?
–¿Seguridad? No. ¿Tu dices si yo creo que las canciones son así? No, esa confianza no la tengo. Ni me la creo. Yo puedo querer que la canción sea así, pero eso no hace que después guste. Mira, todavía cuando yo entro al estudio y me encuentro con Carlos Jean, que es el productor de tres de mis discos, me da pudor empezar a cantar algo. 

Entradas

Desde la producción del espectáculo confirmaron que lanzaron una promoción especial de 2x1 de plateas para el concierto de este sábado a la noche en El Círculo.