Hasta que un hombre de unos 50 años con un cuchillo se subió al corralito donde los locutores acompañaban el desfile cívico, el Día de la Bandera transcurría en Rosario con total tranquilidad y con el eje puesto en una ausencia de peso. O una doble ausencia: la del presidente Mauricio Macri y la del gobierno nacional como tal. No hubo un solo enviado para acompañar el homenaje a Manuel Belgrano y su creación patria. 

El argumento oficial fue que no estaban dadas las condiciones de seguridad y eso también generó polémica, incluso "bronca" entre las autoridades locales. Todos, en el inicio del acto, repitieron que no había chances de incidentes pero dos horas después un episodio extraño, confuso, contradijo esas afirmaciones.

Tan rara fue la ceremonia inicial, a las 9 en punto, que careció de forma y coordinación. Sólo habló la intendenta Mónica Fein cuatro minutos. Sus palabras, al pie del mástil central del Monumento a la Bandera, rebotaron en el Concejo y el eco recalcó algo evidente: salvo las autoridades, las fuerzas de seguridad y los periodistas, no había nadie.

Como el gobernador Miguel Lifschitz optó por no pronunciar un discurso -"por nada en particular pero no hicimos un acto político sino institucional", explicó a medias después-, el director del Liceo Aeronáutico, Carlos Alberto Chada, comenzó con la toma de jura a los cadetes. 

Los cadetes juraron en el Día de la Bandera. (Alan Monzón/Rosario3.com)

La retirada de Nación dejó al acto sin la organización habitual. Los cronistas, fotógrafos y camarógrafos iban y venían según los acomodaban los asesores de prensa y comunicación de municipio y provincia. En ese extraño movimiento de acordeón, hubo quejas varias y los gritos de un camarógrafo se pisaron con la del jefe militar. 

"No tengo más cable para ir ahí... y a nuestro cielo y al manto de la virgen... me dijeron que me ponga acá y me puse acá, ¿no entendés?... es un compromiso de por vida porque la Patria y la bandera no solo se defiende con un uniforme... no, no, todos ellos están mal puestos... ¿y juran defenderla hasta perder la vida?", se escuchó.

"Sí juro", fue el grito de los cadetes que puso fin al breve protocolo, a las 9.20, justo cuando llegaba por calle Córdoba la columna de la Multisectorial contra los tarifazos. 

La protesta contra los tarifazos vigilada. (Alan Monzón/Rosario3.com)

Sin partidos, con política

El puñado de manifestantes quedó a unos cien metros, frente al Concejo, bajo custodia de la Policía y la Gendarmería. El grupo se había organizado para reclamarle al presidente un freno a la suba de las tarifas de los servicios, decirle no al FMI y a las reforma laboral. La marcha no se suspendió pero quedó como un boxeador arriba del ring al que le sacaron el adversario.

Los que sí quedaron más cerca del acto, al pie del Monumento, fueron las personas que pidieron a la intendenta que implemente la ordenanza que frena la tracción a sangre. Los militantes "pro vida" con sus consignas en contra del aborto legal y seguro y de "salvar las dos vidas" preparaban su ruidosa irrupción con banderas, bombos y mucho color del otro lado, sobre el bajo y calle Rioja.

Fue otro dato atípico: no hubo militantes de partidos como otros años pero sí agrupaciones con reclamos puntuales.

¿Por qué no vino?

La ausencia de Macri fue el eje de todas las consultas. "No había ningún peligro", dijo Lifschitz para desmentir el argumento oficial que dio Nación, sobre eventuales incidentes y falta de seguridad. "Queremos recuperar un acto para los ciudadanos, sin vallas ni operativos especiales", agregó el mandatario provincial, molesto, y marcó diferencias con la mirada del gobierno nacional y los "problemas que ocasiona tener una ciudad vallada".

Fein también habló de "recuperar una fiesta de toda la ciudadanía". Dijo algo que en ese momento, 9.30 de una mañana soleada y serena, pareció una frase hecha pero se resignificó dos horas después (cuando un hombre con un cuchillo que dijo ser hijo de Evita alteró la calma): "Quieren poner a Rosario en un lugar de estigmatización y la ciudad demuestra que se puede disfrutar sin vallas, que éste es un día para encontrarnos sin ningún problema de inseguridad".

Más concreto aún fue el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro. "La Casa Militar establece tres anillos de seguridad para el presidente. El uno y dos lo controlan las fuerzas de seguridad federales, y sólo el tercero depende de la Policía provincial. ¿Quién pueda atravesar una custodia de mil personas y vallas? No fue por seguridad, fue otra cosa", le dijo a Rosario3.com.

"Es por la coyuntura, se está autopreservando"; "no quiere ni un problema más, no puede sufrir más costos por nada"; "quizás la situación económica es más grave de lo que sabemos, la incertidumbre es muy grande"; fueron algunas de las evaluaciones que hicieron por lo bajo distintos funcionarios del oficialismo local.

El concejal Pablo Javkin pensó dos segundos y soltó: "No recuerdo ningún 20 de junio sin un solo funcionario nacional, ni un ministro, nadie". Su par justicialista Roberto Sukerman fue categórico: "Acepto que un presidente no venga a un acto pero que avise a último momento y con ese argumento, es una falta de respeto total". "¿Quién nos va convocar a la unidad si no es el presidente? Son soberbios y no escuchan a la gente". sumó el ex gobernador y diputado Antonio Bonfatti, otro de los enojados por el desplante.

Los que marchan, los que se emocionan

Juancito Almada, el payador de 50 años que acompaña el desfile, espera su turno a un costado. Ajeno al debate político del momento, vive lo que el define como "el máximo día de la patria, el más fuerte de la ciudad y el país".

El payador. (Alan Monzón/Rosario3.com)

"Yo juré a la bandera en 1987 ante 50 mil personas y el grito fue gigante, se escuchó por todos lados", agrega y lamenta que una jineteada está mejor organizado que este festejo. "La gente no sabe si el desfile se hace ahora o después, están desorientados", dice.

A las 10.30, media hora antes del inicio de la marcha que encabezarán los ex combatientes de Malvinas, los "pro vida" avanzan por avenida Belgrano con sus carteles. "Naciste porque no te abortaron", reza uno. Desde un puesto de torta asada Ana los mira pasar. "Tota asada", promociona un cartel –así, sin la erre– y el error provoca burlas. "Tota asada", ofrece otro. "Sí, es marketing, se le ocurrió a mi esposo, la gente pasa te dice algo y termina comprando", reconoce con una sonrisa mientras vende una a 40 pesos. 

"Dale, Chino, que ustedes encabezan", lo apura uno de los organizadores a Claudinho Chamorro, titular del los ex combatientes. "Es un honor para nosotros recuperar la mística de marchar primeros. Claro que nos emociona, nosotros juramos defender la bandera y lo hicimos en Malvinas y cumplimos también ahora. Ese es el espíritu de esto", defiende.

Los anti aborto legal quedaron de un lado de la avenida, atrás de las vallas, y Fein y los funcionarios del otro. "Mónicaaaa, sí a la vida", grita una mujer. La intendenta no responde y agita dos banderitas argentinas. A su lado, los secretarios Gustavo Leone y Leonardo Caruana. ¿Sus candidatos a sucederla en 2019? "Nooo, no, es casualidad; vení, Garibay (José León); vení, Pablo (Javkin)", responde Fein entre risas para desmentir preferencias. "Esto ya es tu harén", ironiza Javkin cuando se juntan todos. Por suerte, los militantes de los pañuelos celestes no lo escuchan.

Cuando la columna de ex soldados pasan frente a todos ellos, el aplauso es uno solo. El homenaje se funde: "Gracias héroes". La marcha junto a la bandera más larga que desfila por el centro de la avenida desdibuja, aunque sea por un rato, las diferencias.