Cuando hablamos de disfagia nos estamos refiriendo a un trastorno que dificulta la ingesta de alimentos y de agua. La sensación es similar a la de tener la garganta completamente agarrotada y puede provocar alguna que otra náusea si nos forzamos a tragar.

Este trastorno es considerado, también, como un síndrome geriátrico debido a que tiene una especial prevalencia entre los ancianos, según consignó mejorconsalud.com. Veamos algunas de sus posibles causas:

- Trastornos neurológicos: algunas enfermedades como la esclerosis múltiple, la distrofia muscular o la enfermedad de Parkinson, entre otras, pueden provocar disfagia. Esto es debido a que los músculos que intervienen en la acción de tragar no funcionan correctamente.

- Cáncer: uno de los síntomas que pueden alertar de un cáncer de garganta es la dificultad para tragar. No obstante, también someternos a tratamientos como la radioterapia o quimioterapia pueden tener esta consecuencia.

- Reflujo gastroesofágico: sufrir de reflujo frecuente puede provocar lesiones en el esófago que cicatricen y provoquen un estrechamiento.

- Cuerpos extraños: a veces la disfagia tiene que ver con objetos que se han quedado atascados en la garganta. Un trozo de carne que no ha sido masticado adecuadamente o la falta de dientes que puede provocar esta dificultad pueden ser algunas de las causas de la disfagia.

Además de todo esto, existen algunas cuestiones que es importante tener en cuenta cuando estamos ante una persona que sufre disfagia. Lo principal es que esté en un ambiente tranquilo y evitar cualquier distracción que pueda originar una aspiración. Con todo, es importante seguir las indicaciones específicas que señale el médico.

 

Fuente: mejorconsalud.com