Como cada año, para esta fecha, reabre sus puertas Sol de Noche, el refugio ubicado en Pasaje Marconi 2.040 (Ituzaingó al 5.200), donde pernoctan personas en situación de calle. La apertura será el próximo 7 de abril, a las 20.

El refugio que cumplirá 12 años en junio próximo, brinda cobijo a hombres y mujeres, a partir de 35 años. que viven en las calles, durante los meses más fríos del año, de 20 a 7 de la mañana. Allí meriendan, cenan, se higienizan, duermen y desayunan al día siguiente, antes de volver a la vía pública.

Según explicó Jorgelina Calderón, voluntaria del Refugio, en diálogo con el programa “A la Vuelta” (Radio 2), el lugar cuenta con capacidad para 62 personas. La mayoría son hombres y sólo reciben entre 6 y 8 mujeres, “por las condiciones de las instalaciones con que cuentan y por una cuestión de seguridad”.

“Trabajamos con gente con adicciones y siempre queremos darles más, por eso apuntamos a contar con voluntarios que puedan ofrecer atención psicológica y psiquiátrica, que miren desde otro lado y pueda llegar al foco del problema”, señaló la voluntaria y destacó que se está acercando a pedir asilo gente cada vez más joven. El lugar no recibe menores de edad.

“El Sol de Noche tiene calidad humana –remarca Jorgelina–; más allá de darles alojamiento, comida y vestimenta a las personas que ingresan al refugio, también les brindamos todo lo que podrían encontrar en su hogar. Además de prestar un servicio para mantener la institución en pie, los voluntarios estamos con ellos, dándoles contención y prestando un oído, como están los padres con sus hijos. A uno lo moviliza el amor y es difícil desvincularse de eso”, insiste.

Cada persona, una historia distinta

Las problemáticas por las que esos hombres y mujeres en situación de calle llegan al refugio, son variadas. Desde el desempleo, hasta los conflictos familiares. Patologías mentales y adicciones que no logran ser contenidas en el hogar y terminan con personas de las edades más diversas echadas de sus casas.

“El año pasado nos encontramos con mucha gente que había perdido su trabajo y al no tener familia o tener familias sin recursos o conflictivas que no les daban asilo, no les quedó otra más que terminar en la calle. La gran mayoría de los que llegan son pacientes psiquiátricos ambulatorios, con historias muy complicadas, que están medicados”, dijo Jorgelina y mencionó la situación de varias familias que están durmiendo en las calles que rodean a la Terminal de Ómnibus, o en la Peatonal, a las que no pueden darles asilo porque tendrían que separar a los padres de sus hijos, dada la imposibilidad de la institución de recibir a menores.

Cuando no están alcoholizados o bajo efectos de una droga, te dicen: «Por favor, ayudame».

Se trata de personas que hasta hace un tiempo podrían pagar un alquiler o una pensión y hoy ya no están en condiciones de afrontar esa erogación de dinero.

“No creo que nadie en el fondo de su corazón viva en la calle porque quiera, a pesar de que alguien alguna vez diga eso. Por mi experiencia de verlos quebrados, llorando, cuando no están alcoholizados o bajo los efectos de una droga, te dicen: «Por favor, ayudame». A veces, la calle se les presenta como la mejor opción dentro de lo que tienen, pero ninguno quiere terminar así”, afirma Jorgelina, y agrega que siempre vuelve gente que ya estuvo años anteriores, aunque en estos últimos años fueron menos los ya conocidos porque algunos fallecieron o entraron en una edad que que les permiten ir a algún asilo para adultos mayores.

“Hubo mucho recambio y recibimos personas que no coconocíamos, ni tampoco la teníamos vista de la calle. Vienen y se quedan porque al encontrar una contención, es muy difícil cortar ese vínculo. Están esperando todo el verano y te preguntan cuándo abre el refugio para empezar a venir”.

Los voluntarios

Si bien actualmente el Sol de Noche cuentan con alrededor de 70 voluntarios que donan su tiempo y trabajo para mantener en pie al refugio, la cifra nunca es suficiente porque la tarea es mucha. Hay voluntarios que están desde el comienzo, pero otros se renuevan en forma permanente.

Se reúnen todos los sábados a las 18 y los interesados en sumarse, pueden acercarse a esos encuentros semanales.

Para mantener las instalaciones funcionando, se necesitan alrededor de 10 personas por día. Trabajan de lunes a lunes, durante seis meses del año.

Las donaciones

En este momento del año, el refugio está casi desabastecido y cada mes de abril arrancan de cero. Necesitan prioritariamente, alimentos no perecederos, en especial, galletitas, leche y azúcar, que consumen en cantidad.

También precisan elementos de higiene personal: desodorante, cepillos de cientes, talco, maquinita de afeitar y artículos de limpieza.

“En el refugio se les brinda todo lo que necesitan. Lo que no se consigue por donación, se compra”, asegura la voluntaria.

El teléfono para ofrecer las donaciones y coordinar con el equipo para que pasen a retirarlos por el domicilio de los donantes, es el 152827133.

Evento a beneficio

El viernes 5 de abril se realizará un espectáculo con el fin de destinar lo recaudado a solventar los gastos e impuestos del refugio.

En el auditorio Luz y Fuerza, habrá dos funciones de “Lo lumvrise” a total beneficio del Refugio Sol de Noche, a las 20 y a las 22.

Los puntos de venta para adquirir las entradas anticipadas son los siguientes:

Zona Centro: Pecos Bill, San Martín 862, Galería Rosario, Local 75, de 10 a 13 y de 16 a 199. Óptica La Mío Pía, Ovidio Lagos 1.143, de lunes a viernes, de 9 a 13 y de 17 a 20.

Zona Noroeste: Zanklussen propiedades, Baigorria 2.458, Barrio Parque Field, de 15.30 a 19.30.

Zona oeste: Hipermercado del pollo , Castellanos 2.305 (esquina La Paz). De lunes a sábados, de 8.30 a 13 y de 17 a 20 y domingos de 9 a 13.

En Villa Gobernador Gálvez: Condimentos SRL, Bv. San Diego 281.