La no inclusión de una partida o aunque sea un artículo que hable del pago de la deuda que tiene Nación con Santa Fe en el presupuesto 2018 generó un micro estallido en el gobierno de Miguel Lifschitz. La comparación, odiosa como todas, es que la gestión de Mauricio Macri acordó en cuatro meses el pago a los fondos buitre mientras que lleva 21 sin siquiera realizar una oferta a la provincia por los cerca de 50 mil millones de pesos de pasivo acumulado por la coparticipación.

La provincia pretendía recibir el año próximo 7.500 millones de pesos como primera cuota de lo que ordenó abonar la Corte Suprema de Justicia en noviembre de 2015, por detracciones indebidas durante el kirchnerismo. Ese monto implicaría un 0,28 por ciento del total del gasto nacional.

El ministro de Economía Gonzalo Saglione fue más lejos este miércoles, abrió los números de las arcas santafesinas y rodeó ese dato de otros que agravan el escenario “injusto y arbitrario”, dijo. Además de la deuda reconocida por la Corte, Santa Fe reclama 6.300 millones de pesos por el déficit en la Caja de Jubilaciones que por ley debe cubrir Ansés (al no haber absorbido el sistema local). El año pasado, por ejemplo, Nación giró 810 millones de pesos “el último día hábil” cuando el rojo fue de 3.500 millones. Córdoba, en el mismo ejercicio, percibió 5.000 millones de pesos para su sistema previsional.

Por otro lado, la Casa Rosada realizó en los primeros siete meses del año transferencias discrecionales de capital a los distintos distritos por 35.233 millones de pesos. Santa Fe sólo contó 421 millones de pesos, el 1,2 por ciento del global, mientras que la población y la producción provincial representa entre el 8 y el 9 por ciento del total. 

Economía provincial remarcó que con menos de un cuarto de esos 35 mil millones se podría haber cancelado una primera parte de la deuda por coparticipación. 

Otra muestra de cuánto dinero queda en las arcas locales y cuánto fluye hacia la caja que maneja el ministro Nicolás Dujovne ofrece el sector agropecuario. Santa Fe recaudó en todo 2016, 904 millones de pesos por el impuesto inmobiliario rural. En sólo seis meses de ese año, la producción de soja y derivados en el territorio contribuyó con 18.845 millones de pesos a la Nación. Veinte veces más en la mitad de tiempo.

Según la presentación que hizo este miércoles Saglione, los santafesinos aportan mucho más de lo que reciben y, a su vez, la administración central reparte de forma discrecional y beneficia, fundamentalmente, a la ciudad de Buenos Aires, que es donde se concentra la obra pública. Más directo: Santa Fe es un acreedor que no cobra (“y no creo que seamos más jodidos que Paul Singer”, ironizaron) y financia a Capital Federal, el distrito más rico del país.

Ese fue uno de los conceptos que dejó el ministro de Economía junto a su par de Producción, Luis Contigiani, quienes presentaron la publicación “Santa Fe, una economía que se destaca”. El trabajo contiene datos de producción, exportación, endeudamiento, presión fiscal y empleo público y privado, entre otros (ver el detalle).

Nueva promesa y cálculos distintos

Casi en paralelo, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aseguró este miércoles desde la capital provincial que el gobierno nacional realizará una oferta “en las próximas semanas”. Si eso no ocurre, Lifschitz ya avisó que volverá a recurrir a la Corte Suprema.

Frigerio también dijo que Santa Fe es una de las provincias más beneficiadas por la inversión federal y que los recursos se duplicaron en un año.

Por la mañana, el diputado de Cambiemos Lucas Incicco fue más preciso. Afirmó que Santa Fe quedó tercera en el ranking de inversión pública por provincias y que los montos aumentaron de 4.800 millones de pesos, en 2016, a 9.600 millones, en 2017.

Saglione y el equipo de Economía provincial tienen otros números, sobre todo de cara a lo que se viene. Contabilizaron en las planillas del presupuesto 2018 sólo 230 millones de pesos de obras concretas para Santa Fe, de los que se destacan fondos para la cárcel de Coronda y obras en la autovía 11, sobre una inversión federal de 7.400 millones.

No se incluyó el puente Santa Fe-Santo Tomé. Para el puente Paraná-Santa Fe hay sólo un millón de pesos en 2018 y otro en 2019, por lo que la obra no comenzaría hasta 2020. Tampoco está el aval al crédito para la segunda etapa del Acueducto Desvío Arijón, que sí estaba contemplado este año y se demoró, siempre según el relevamiento de los técnicos provinciales. Como si cada administración manejara dos Excel distintos y en medio de la campaña.