Un martes asfixiante avanzaba en la ciudad y la sensación térmica superó los 45 grados. Desde muy temprano, el termómetro miraba desde arriba y el sol parecía una brasa. La gran pregunta es ¿hasta cuándo? El calor apretaba fuerte todo el día pero pronto se desatarán tormentas que irán bajando las temperaturas máximas. Todo pasa.

El observador meteorológico Jorge Fusco anunció a la mañana lo que no se quería escuchar ni saber: que en pocas horas, la térmica iba a alcanzar los 40 grados y se cumplió. De hecho, a la tarde fue bastante más que eso.

En diálogo con Roberto Caferra (Radiópolis, Radio 2), el especialista explicó que existe un “bloqueo anticiclónico en la Patagonia que no deja pasar a los frentes fríos para que, desde el sur, traigan aire fresco para acá”.

¿Por qué sucede esto, por qué este “piquete” climático adverso? El especialista explicó que es normal y frecuente en esta época del año, en esta región del mundo. “Es una típica ola de calor, la primera de la temporada. Tres días consecutivos con temperaturas máximas de 32 grados”, indicó.

Pero nada es para siempre. Afortunadamente, “entre el miércoles, jueves y viernes, se desatarán tormentas severas, importantes, que traerán un descenso de la temperatura, la entrada de un aire marítimo, más fresco”, detalló Fusco.

“A partir del viernes se va a debilitar este bloqueo y llegará aire más fresco. Vamos a tener un fin de semana totalmente distinto al que pasó”, aseguró y apuntó: “Se espera que el domingo la temperatura mínima sea de 11 grados”.

Fusco puso paños fríos: “Hubo casos peores en la historia de la ciudad. El 29 de enero de 1957 hizo 43,3 grados de temperatura, el día más cálido. Esto es habitual en las primeras quincenas de enero”, remarcó. El fenómeno alcanzó por aquel entonces a todo el centro del país.

La caldera del Diablo

Luego de un lunes sofocante, un martes agobiante. La jornada en Rosario era insoportable y a las tres de la tarde fue el pico de calor, con 34,5 grados de temperatura. Un registro normal para enero, pero metía miedo la sensación térmica en ese momento: 45,3 grados.

Sin embargo, curiosamente, la región seguía fuera del "Sistema de Alerta Temprana por Olas de Calor y Salud" que coordina el SMN, ya que continuaba en color verde ("sin efecto para la salud"), mientras que en Buenos Aires y alrededores, con marcas térmicas similares, iban dos días de alerta naranja. La única alerta roja del país era en San Martín, provincia de Mendoza.