El cerebro retiene con mucha más facilidad aquello que entiende, por eso es más conveniente esforzarse en comprender lo que se estudia que aprenderlo de memoria. Los mapas mentales son una gran herramienta para este fin.

Un mapa mental es una representación gráfica de una idea que tenemos en el cerebro, y puede consistir simplemente en garabatear algún proyecto en una servilleta de papel, pero cumple una triple función: dispara la creatividad, desbloquea el arranque a la hora de estudiar y aumenta la retención de lo representado, según el sitio Educación 3.0.

Dispara la creatividad: luego de documentarse bien para realizar un proyecto, el alumno tiene una sucesión de ideas sueltas a las que el mapa mental ayudará posteriormente a otorgarles un significado.

Desbloquea el arranque: comenzar a estudiar no es sencillo porque muchos no saben por dónde empezar. El mapa mental permite partir de una idea base, por ejemplo, la Independencia (si estamos estudiando Historia), y en torno a ella ir anotando toda una serie de hechos que consideremos importantes.

Aumenta la retención: la frase “una imagen vale más que mil palabras” tiene gran relevancia en los mapas mentales, ya que la representación gráfica de una idea hace que sea más fácil memorizarla.

Pasos para hacer un mapa mental: redactar una idea central en un papel en blanco; comenzar a anotar ideas sueltas alrededor de esta idea central; unir todos los elementos con flechas para ordenar lo representado; jerarquizar, comprender y memorizar.