Cinco años después de la explosión y derrumbe en Salta 2141, que dejó 22 muertos en Rosario, otra fuga de gas en el centro de la ciudad desnudó un problema que aún no fue solucionada.

El desperfecto de este miércoles a la tarde se dio cuando operarios trabajaban en la vereda de Entre Ríos al 400, entre Tucumán y Urquiza, y rompieron un caño.

Los vecinos y comerciantes de la zona que escucharon el ruido y sintieron el olor comenzaron una autoevacuación que se extendió a toda la cuadra.

Al lugar arribó una cuadrilla y después otra. Durante más de una hora se escuchó el chiflido del gas emanado desde el tendido subterráneo.

Los técnicos que trabajaron en el lugar explicaron que no hubo riesgo de explosión en este caso porque la fuga fue al aire libre y el gas ventea, no se comprime de forma peligrosa en el interior (como ocurrió en las torres de calle Salta).

Sin embargo, las características de la operación realizada para controlar el escape -tuvieron que hacer un pozo paralelo para cerrar el paso del gas- evidenciaron que hay ciertas fallas que no fueron aprendidas de la tragedia de Salta 2141 de agosto de 2013.

“No hay llave de corte. Antes con Gas del Estado (privatizada en 1992) sí había. Litoral Gas debe explicar por qué no hay llave de corte. Sería mucho más simple trabajar”, dijo el vocero a los periodistas que fueron a cubrir el episodio, que en este caso se trató de un susto.