La lactancia materna da la oportunidad a todos los seres humanos de tener un comienzo justo en la vida. La leche materna es el mejor alimento y la opción más segura para garantizar buena salud y crecimiento de los niños pequeños. La evidencia es amplia al reconocer los múltiples beneficios de la lactancia materna, tanto para la madre, como para el niño y para la sociedad en su conjunto.

En la región de las Américas 54% de niños inician la lactancia materna dentro de la primera hora de vida, solo 38% son alimentados con leche materna de manera exclusiva hasta los 6 meses de edad, y 32% continua con lactancia materna por 2 años.

La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, conjuntamente hacen un llamamiento a las autoridades de los gobiernos con un lema: la Lactancia Materna debe considerarse en este año como ´PILAR DE LA VIDA´. El llamado de atención va dirigido a los gobiernos, instándolos a seguir en sus esfuerzos para fortalecer las medidas regulatorias dirigidas a proteger, promover y apoyar el derecho a la lactancia materna.

Para Sonia Martorano, médica especialista en neonatología, “existe todavía una carga cultural con respecto a la lactancia materna, ya que entre los años ´70 y ’80 estalló un boom cultural, mediante el cual se exhibía la bondad de la alimentación artificial a los bebes; era común la presencia de biberones en publicidades, comercios y juguetes infantiles como muñecas que dan el biberón a ´sus bebés´; pese a que, desde la medicina es algo que contraindicamos absolutamente”, sostuvo Martorano para enfatizar: “consideramos que la cultura de la lactancia materna no comienza en la mujer embarazada enseñándole cómo prepararse para darle la alimentación a su bebé, sino en las niñas trasladándole la cultura de la lactancia materna; haciéndoles notar que es el pecho materno y no el biberón el símbolo de la lactancia. Que desde pequeños los niños deben ver como habitual que la mamá le dé el pecho a su hermanito. Ya que la lactancia materna es normal y natural, y es la alimentación que iguala a todos los recién nacidos, siendo el alimento saludable para el bebé a quien protegerá”.

¿Cómo reaccionan las mamás primerizas?

Suele ocurrir con ellas que nos manifiestan el temor que no les baje la leche y nos piden el biberón. La habilidad del pediatra y del neonatólogo es mostrarles a las mamás la importancia del calostro que es ese líquido amarillo claro que parece un suero y que en realidad es muy rico en inmunoglobulinas; con este alimento la mamá le está transfiriendo a su bebé todas las defensas, verdaderas vacunas que son de alta importancia en las primeras horas del bebé. A partir de las 72 horas comienza a bajarles una leche más blanca, con mayor contenido graso.

Pero en los primeros días el calostro es fundamental; aunque parezca que es poco, es lo que todo bebé requiere.

¿Qué recomendaría a los futuros padres?

La recomendación es: lactancia materna a todos los recién nacidos. Y a partir del mismo momento del parto, cuando el obstetra corta el cordón y la neonatóloga apoya el bebé en la panza de la madre, ya ella lo prenda a su pecho. Debemos lograr que el primer contacto madre bebé comience a generar el vínculo entre ambos, apego importante para el vínculo psicosocial con que debe contar todo bebé.

¿Qué representa la lactancia materna en la neonatología?

La lactancia materna es un tema central en pediatría, neonatología y perinatología. Es el alimento fundamental para el bebé recién nacido; no habiendo nada que pueda reemplazar a la leche de madre. Socialmente nada hay más equitativo que este momento de proveer alimento a un ser humano.

¿Hasta cuándo?

Los primeros seis meses de vida de un bebé deben ser de lactancia materna exclusiva; a partir del sexto mes se la incorporando otros alimentos, pero sin abandonar la lactancia. Hasta los dos años el niño puede tener el complemento de la lactancia.

La relación madre bebé se va construyendo desde el primer momento con el contacto físico: la mirada las caricias, por eso la lactancia materna ofrece el espacio único en el cual se da este fenómeno que es nodular en la composición de lo humano. Vínculo entre madre e hijo que se va fundando en este encuentro en el que la nutrición a través del pecho materno la hacen insustituible a la que la relación íntima que entre ellos se genera le agrega un plus valiosísimo. Es en realidad un vínculo de tres: mamá, papá y bebé. El papá integrado desde el primer momento a ese triángulo que genera contención y seguridad; generamos individuos que podrán ser independientes en el mañana y más seguros de sí mismos.

 

Doctora Sonia Martorano Pediatra, especialista en Neonatología |Mat.: 8350
Médica Auditora AMR Salud