Inhalar mucho humo de cigarro altera drásticamente el microbiome oral, de acuerdo a un estudio publicado en la revista de la Sociedad Internacional de la Ecología Microbiana. La evidencia sugiere que el cambio en la población bacteriana en la boca de los fumadores puede incrementar la susceptibilidad a los efectos tóxicos del humo de tabaco, aunque se necesita investigar más para establecer una conexión concreta entre este efecto y el desarrollo de enfermedades relacionadas con fumar.

Para llevar a cabo este estudio, científicos del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York tomaron muestras de enjuagues bucales de un grupo de 1.204 individuos, provenientes de fumadores actuales y pasados, asi como también de no fumadores. Analizaron el ADN microbiano de estas muestras para determinar la prevalencia de varias bacterias presentes en las bocas de los participantes.

Al hacer eso, encontraron que el microbiome oral de fumadores actuales era muy diferente al de fumadores pasados y no fumadores, notando que los cigarros promueven el aparecimiento de más de 150 especies diferentes de bacterias inhibiendo la proliferación de otras 70.

De forma alarmante, se encontró que muchas bacterias pertenecientes a la proteobacteria filum estaban reducidas en las bocas de los fumadores. Estos microorganismos son conocidos por ser fundamentales en la eliminación de componentes tóxicos del humo de tabaco, como el hidrocarburo policíclico aromático y xileno. Así que la pérdida de estas bacterias significa malas noticias para la salud de los fumadores.

Por otra parte, la bacteria del estreptococus filum eran más populosas en las bocas de los fumadores que en la de no fumadores. Estas bacterias han sido asociadas con un alto riesgo de desórdenes periodontales, lo que implica que el cigarro puede llevar al desarrollo de enfermedades en las encías.

La causa de la ruptura del microbiome oral tiene varias explicaciones posibles. Por ejemplo, como el humo del cigarro disminuye el oxígeno disponible en la boca, crea un entorno más favorable para las bacterias anaeróbicas que para las bacterias aeróbicas. Esta teoría puede estar en lo correcto, ya que muchas especies de estreptococos son anaeróbicas mientras que las proteobacterias generalmente son aeróbicas.

Además, se ha demostrado que fumar incrementa la acidez de la saliva, lo cual genera condiciones para que los microbios tolerantes a la acidez como los estreptococos puedan proliferar. Se ha demostrado que ciertos químicos en el humo del cigarro tienen efectos antibióticos, lo que puede explicar porque algunas bacterias se reducen cuando son expuestas a estos químicos.

Si lo tomamos como un todo, este estudio parece proveer una amplia evidencia de que algunos de los efectos negativos a la salud asociados con fumar pueden ser mediados parcialmente o mejorar con cambios en la microbiota bucal. Sin embargo, el líder de la investigación Jiyoung Ahn explicó que “se necesitan más experimentos… para demostrar que estos cambios debilitan las defensas del cuerpo contra los químicos del humo de tabaco que causan cáncer, o que causan otras enfermedades en la boca o pulmones.”

Fuente: comofuncionaque.com