En el siglo XVII, Galileo Galilei llegó a una conclusión y los que lo escucharon, como ocurrió con todos sus fenomenales descubrimientos, le dijeron que estaba loco. El histórico astrónomo, físico, ingeniero, matemático y filósofo italiano aseguró que, sin la resistencia del aire, una pesada bala de cañón y una pluma de ave tardarían el mismo tiempo en llegar al suelo en caída libre desde una determinada altura.

En aquellos tiempos no hubo manera de comprobarlo. Los escépticos, ni siquiera lo intentaron y se rieron de él.

Hoy, con los adelantos de la tecnología, el experimento se llevó a cabo y, una vez más, le dio la razón al viejo Galileo.

La prueba se realizó en la sede estadounidense de la NASA en el año 2015, pero ahora se viralizó en las redes sociales como un homenaje al gran Galileo y para tener siempre presentes sus contribuciones a la historia de la humanidad.