La Marca País es una estrategia de imagen a nivel nación que trata de englobar toda la gestión, turismo y posicionamiento ante el mundo. Bajo esta definición, el gobierno nacional, junto al Ministerio de Turismo relanzó su marca país, apostando por una imagen sencilla, básica y bicolor, en blanco y celeste. Docentes de la UNR analizaron la nueva estrategia de comunicación.

La nueva marca-país, fue realizada por la consultora de estrategia y de marca especializada en el sector del branding FutureBrand. Presenta un círculo celeste como la representación del globo terráqueo, en el que se sitúa la letra ‘A’ de Argentina, con el objetivo de marcar la ubicación del país en el mundo. La tipografía utilizada es Gotham Rounded, de la misma familia tipográfica que se utiliza para la identificación de la Presidencia de la Nación.

Consultados por la Secretaría de Comunicación y Medios de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (UNR), cinco docentes de las cátedras de Comunicación Visual Gráfica I y II, evaluaron los pro y los contra del nuevo diseño.

Carina Menéndez, Diseñadora Gráfica, Docente JTP de la Cátedra Visual Gráfica I explicó: “En lo personal creo que el signo principal no es impactante: la A de Argentina, la ubicación de Argentina mediante la posición de la A, un sur diminuto y débil, los colores nacionales. O sea, el diseño cumple pero no enamora. Como dicen algunos colegas “podría ser de cualquier otro rubro”, pero no, es la marca país que representa a Argentina.”

Por su lado, Viviana Marchetti, Docente Títular de la Cátedra Comunicación Visual Gŕafica I comentó: “Argentina ya tenía un símbolo de marca, estilísticamente dinámico y diverso (líneas onduladas, con diversos colores que remiten a la bandera). Un isologotipo legible, pregnante, con capacidad emblemática y semántica. Este nuevo significante que propone el actual gobierno (con un círculo cyan que actúa como fondo y una letra A ) no logra sintetizar una buena marca país a mi entender porque no es potente, no me cuenta una historia, no tiene presencia. Me gustaría que la marca de mi país me emocione, y no es este el caso.

“El logo anterior estaba ranqueado en los primeros lugares de medios especializados en la construcción de marcas; por los valores que trasmitía, los conceptos que encerraban, tanto en su cuestión como marca y desde el punto de vista estético. Creo que no sucede lo mismo en el que se ha planteado ahora, me parece que no trasmite demasiado, que es estático y desde el punto de vista estético tampoco es demasiado agradable, no es creativo, no tiene demasiado nuevo para mostrar, todo lo contrario”. Analía Provensal, docente JTP de Gráfica I.

Agustina Bergmann, licenciada en Comunicación Social y docente de la cátedra de Gráfica II, señaló que hace poco tuvo un debate en grupo de comunicadores. “Todos coincidimos en que lo veíamos muy pobre, demasiado minimalista. A primera vista no trasmite valores, no presenta una identidad clara, y quizás jugando con el fondo de paisajes puede llegar a funcionar a nivel estético, pero incluso no comunica demasiado. A simple vista no trasmite nada, pero vamos a ver cómo funciona y cómo se aplica a los diferentes espacios”.

Ezequiel Viceconte, licenciado en Comunicación Social, JTP en la cátedra Gráfica I opinó: “Lo que tenemos que ver es la eficacia simbólica de esa marca, la manera en cómo se aplica en los distintos contextos. No me arriesgo a decir si va a funcionar o no. En el nivel formal y estilístico es una marca país muy pobre, que no se diferencia de lo demás y que tampoco está representando simbólicamente la identidad y los valores que tiene que trasmitir una marca país. No está mal, pero tampoco es una de las mejores.