Bernardo Houssay, nació un 10 de abril, día en el que se celebra en el país el Día del Investigador Científico tiene su origen en la fecha de su natalicio. Este afirmaba que, si bien “la ciencia no tiene patria, el hombre de ciencia sí la tiene”. El mismo fue un eminente científico argentino cuya trayectoria marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la ciencia en nuestro país. No solo fue un agudo, empecinado y creativo investigador sino que creó una escuela de investigadores y, además, fue el Cofundador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, CONICET.

Es decir, desde sus inicios trabajó para que Argentina apostara a colocar la educación y la investigación científica en la cabeza de las prioridades donde volcar recursos y que ambas se constituyeran en políticas de estado

Houssay obtuvo el premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1947. Fue el reconocimiento para quien hizo de la actividad científica su elección de vida; su más profunda vocación. Contribuyó a su desarrollo, haciendo escuela, formando investigadores, y colocando la piedra fundacional a la investigación científica. Por otro lado fue un hombre con una visión de futuro al comprender y hacer comprender que los países con futuro y posibilidades de desarrollo serán aquellos en lo que previamente se invierta en educación y en investigación básica.

“La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”, repetía a la vez que nos alertaba sobre qu. la ciencia y la tecnología merecen un lugar central entre las prioridades del país ya que son factores principales para el crecimiento económico de las naciones, generando en interacción con el sector productivo importantes innovaciones que contribuyen al desarrollo sustentable de los pueblos.

“No sólo estamos frente a un hombre talentoso en el laboratorio, sino que, Houssay fue un hombre político que entendió que la investigación científica debía ser patrimonio del país cuyo desarrollo y bienestar dependerán de ella”, sostiene Alejandro Vila, Director del Instituto de Biología molecular y celular de Rosario IBR. Así se expresaba, antes de echar un vistazo a la actualidad a la que calificó de “delicada ya que en los dos últimos años hubo una reducción muy fuerte en los presupuesta de ciencia y técnica y en particular en el CONICET, lo que ha afectado a la cantidad de cargos disponibles para nuevos investigadores, para el personal de apoyo y sobre todo en recursos necesarios para el funcionamiento. Para que se tenga una idea del actual presupuesto del CONICET el 98% lo destinamos a pagar sueldos y el 2% restante, cifra exigua, nos quedaría para destinar a los proyectos que son nuestra razón de ser".

"El año pasado, las 250 Unidades Ejecutoras que existen en el país, recibimos el 40 % del poder nominal del año 2017, - y continuó - si tenemos en cuenta devaluación e inflación, se reduce al 20 % de lo percibido en 2017, lo que transforma a la situación de la investigación científica en el país como muy débil".

Vila agregó que "hoy, un becario doctoral que es el primer escalón en la carrera de investigador del CONICET; que tuvo que ganar un concurso nacional con un promedio superior a 8, saber idioma; tiene un salario de $24.000 por mes”. Además, sostuvo que "indudablemente esto va a repercutir sobre la elección de los jóvenes; ya que este “incentivo” es un modo de ahuyentarlos hacia otras actividades, con el impacto negativo que esto traerá para el país a mediano y largo plazo".

- ¿No creés que esta política pueda cambiar en el mediano plazo?

- Soy poco optimista en que el gobierno actual vaya a revertir esta política; ya que prioriza en otras cosas y no en el desarrollo científico y tecnológico.

¿Y las demás instituciones ocupadas en el desarrollo científico?

- INTI, INTA, la Comisión Nacional de Energía Atómica, están viviendo situaciones equivalentes. Esto se inscribe en el modelo de país al que apuntan las actuales autoridades, evidenciado además en el hecho que el Ministerio de ciencia y Técnica pasó a ser una Secretaría, con lo cual nos envían una señal política. A la vez, como ciudadano me parece alarmante que el ministerio de salud cayera a la categoría de una simple secretaría. Son señales que evidencia un camino a seguir; lo que nos llevará a frenar el avance en ciencia y técnica que tuvimos en los últimos diez años.

- ¿Cuántos años llevás como investigador?

- Treinta y tres años. Y en estos años han cambiado muchas cosas. Un cambio en la visión política de la ciencia y su sentido de motor del desarrollo y el bienestar. Pero también ha cambiado en estos años, el modo de hacer ciencia. Ciencia y tecnología son sectores dinámicos; el modo de formularnos las preguntas, las herramientas tecnológicas, el impacto que el descubrimiento ha tenido en la sociedad cambió radicalmente en los últimos veinte años. La nueva visión a partir de la secuenciación del genoma humano.

En nuestro país siempre fuimos más lentamente que en los países desarrollados lo que ha ido aumentando la brecha entre nosotros y el primer mundo, lo que significa ya un problema per se.

El otro problema es el modo como nosotros los argentinos nos comprometemos con los proyectos; ya que todos ellos están sujetos a idas y vueltas cíclicas que responden a los cambios en la dirección política. Hay cuestiones básicas que no deberían caer en decisiones maníacas, asentadas sobre fundamentos endebles. Educación ciencia y técnica, salud deben responder a políticas de estado que se contengan en proyectos a largo plazo y cuyos desarrollos no dependan del arbitrio y el humos de grupos que ocupan circunstancialmente el poder de decisión sobre la inversión de los recursos nacionales

En esto treinta años pasamos por diferentes estados; desde el “vayan a lavar los platos”, soportar crisis económicas, bajos presupuestos, cerrar ministerios. Es lo mismo que pasa con cualquier sector serio en este país. Los proyectos del conocimiento no pueden ni deben interrumpirse. En educación y en ciencia, los resultados se ven a largo plazo; de lo contrario el costo que pagamos es altísimo.

Corea e Israel han crecido exponencialmente al llevar adelante políticas consecuentes en el tiempo en materia de educación y ciencia;  Corea del Sur tenía un PBI per cápita en los años ´60 era de 100 dólares; ese mismo PBI p/ cápita es hoy de 30.000 dólares Son 40 años de políticas de inversión sostenidas y constantes en los sectores básicos de una sociedad como lo son educación ciencia y salud.

“Los países ricos son los que más invierten en ciencia y tecnología, y en educación. Me pregunto, ¿invierten en ciencia y tecnología porque son ricos y se lo pueden permitir como un lujo? O, ¿son ricos porque invierten en ciencia y tecnología y educación?

Nos quedamos en este segundo interrogante. Y anhelamos que nuestro país se lo apropie en los próximos años; del mismo nodo que el ciudadano tome contacto con la ciencia, la que podrá desarrollar por sus aportes y de la que se beneficiará él y sus hijos.

Alejandro Vila, Director del Instituto de Biología molecular y celular de Rosario IBR