La heladera suele ser el lugar donde alojamos la enorme cantidad de alimentos adquiridos, ya sean crudos o cocidos, carnes, frutas o verduras. Sin embargo, para conservarlos adecuadamente, es necesario adoptar ciertas pautas que muy pocos siguen.

Télam detalló cinco cosas a tener en cuenta para conservar alimentos frescos:

Los tomates no van en la heladera: la gran mayoría los guarda allí, cuando en realidad deben conservarse en un lugar fresco, seco y sin que les de la luz. De lo contrario pierden su sabor y se altera su estructura.

Ajustar la temperatura y los espacios de guardado: la temperatura ideal de las heladeras es de 4°C o 5°C, mientras que para el freezer se recomienda -18°C. No hay que llenarlas demasiado, ni guardar comida caliente.

En el centro deben ir lácteos, huevos, embutidos y productos envasados que requieren que se conserve el frío una vez abiertos. Carnes y pescado van en el estante más frío y el menos frío es para alimentos ya cocidos, que nunca deben estar junto a los crudos.

Frutas y verduras, nunca amontonadas: cada una tiene su tiempo de maduración, y el peso que ejercen unas sobre otras, sin que haya suficiente espacio entre ellas para que pueda circular el aire y se logre la humedad apropiada, atenta contra su conservación y salubridad.

Frutas y verduras, sin bolsas: apenas llegamos de la verdulería o el súper, hay que sacar los productos de de la bolsas y bandejas de plástico. Si quedan adentro, se puede acumular humedad, lo que termina afectando la conservación.

Ojo con los huevos: nunca hay que lavarlos porque podrían perder la capa protectora externa y contaminarse por dentro. Se guardan en la heladera.

Lavar el cuchillo al cortar pollo: este alimento crudo tiene bacterias que podrían causar gastroenteritis. Por eso, una vez cortado, hay que lavar el cuchillo antes de volverlo a utilizar.