Alberto Perassi volvió a pedir que comience el juicio por la desaparición de su hija Paula, hace 7 años atrás. El reclamo tuvo lugar en el mismo Tribunal de Rosario donde tenía lugar este jueves una audiencia debido a que Gabriel Striuma, uno de los imputados en la causa, apeló el rechazo obtenido a su pedido de prisión domiciliaria.

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), Perassi señaló: “Otra traba más que ponen y no llegamos más al juicio, es una locura”. “Espero no haya liberación para este señor”, indicó en relación a Striuma, señalado como el amante de la mujer y, actualmente, acusado de "aborto sin consentimiento seguido de muerte" y "privación ilegítima de la libertad agravada" junto a su esposa, Roxana Michl; su empleado Antonio Díaz y Mirta Rusñisky, quien habría practicado el aborto que salió mal. También hay cinco policías imputados, dos de ellos, de alto rango: Gabriel Godoy, Aldo Gómez, María Galtelli; y los jefes Jorge Krenz y Adolfo Daniel Puyol. A estos últimos se los acusa de "encubrimiento" del crimen e "incumplimiento de sus deberes", y en marzo último les revocaron el sobreseimiento en los delitos de "sustracción y destrucción de pruebas" y "falsedad ideológica de instrumento público".

“Queremos el juicio ya, hace 7 años y dos meses que estamos con esto, no sé qué quieren inventar porque si no tienen nada, ¿por qué no quieren ir al juicio?”, se preguntó y agregó: “En San Lorenzo no tuvimos justicia, fue lo peor. Acá en Rosario la situación cambió y apareció gracias a los fiscales lo que estaba oscuro”.

Este año en septiembre se cumplieron 7 años desde que Paula Perassi fue vista por última vez. Ese 18 de septiembre cayó domingo y cerca de las 20, Paula salió con el pretexto de buscar la tarea a uno de sus hijos y nunca más regresó. Creen que murió en un aborto forzado. Su padre aún reclama su cuerpo.

La causa dio un vuelco cuando los fiscales Ramón Moscetta y Donato Trotta solicitaron en abril de 2015 al juez Juan José Tutau la detención de nueve personas sobre la hipótesis del crimen y una red de encubrimiento; entre ellos al amante de Paula, Gabriel Strumia. Cuando desapareció, Paula, de entonces 34 años, estaba embarazada y aparentemente el bebé era de Strumia.

La hipótesis es que la víctima fue secuestrada y sometida a una aborto que le causó la muerte. Todos los imputados están con prisión domiciliaria, pero los más complicados en la causa son Strumia y Puyol, acusados de "aborto seguido de muerte y privación ilegítima de la libertad". El resto habría colaborado para encubrir lo ocurrido.

Según publicó Rosario12, entre las pruebas que desaparecieron del expediente hay un casette con la grabación de una llamada telefónica realizada desde la finca de Strumia cuando estaba intervenida la línea. En ese audio, que fue escuchado por los padres de Paula, la voz de una mujer clama por ayuda. Sin embargo, Alberto y Alicia aseguraron que la voz de la persona que estaba del otro lado de la línea no sonaba a la de su hija.

Otros hechos en los que tuvieron responsabilidad los policías son la ausencia de una carta dirigida a Darío Ortiz (amigo de Strumia) firmada por la víctima; las demoras para conseguir la filmación de un locutorio donde fue hecha una llamada telefónica de importancia (que hubiera servido para develar o no la presencia de algunos de los coimputados), y hasta el rastrillaje desencadenado por el testimonio de Roxana Michl, esposa de Strumia, y su hijo menor, quienes aseguraron haber visto a la joven desaparecida en una garita de colectivos.

Este procedimiento tuvo como resultado la obtención de ropas pertenecientes a Paula, las que según el fiscal fueron plantadas y que para el juez "puede ser el fruto de una maniobra prefabricada para enlodar la investigación contra los sindicados por los delitos en contra de Paula Perassi y en la cual pudo inmiscuirse personal policial para tal armado".