Un estudio liderado por el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, en el que también ha colaborado la Universidad de British Columbia (Canadá), ha analizado la experiencia de 22 personas con cáncer avanzado que reciben tratamiento en centros sanitarios de España, según publica 20minutos. El número de pacientes es reducido porque se trata de una investigación cualitativa, con seguimiento muy cercano y entrevistas en profundidad. A este grupo se le aplicó la llamada teoría sobre cómo vivir bien con enfermedades crónicas, propuesta en 2017 por una de las autoras de este nuevo trabajo, Carole Robinson.

Esta teoría describe cinco fases interconectadas: la lucha, la aceptación, vivir con enfermedad crónica, compartir la experiencia y reconstruir la vida. A través de técnicas de investigación cualitativa se ha visto cómo es ese proceso para este tipo de enfermos.

Según explica María Arantzamendi, investigadora de la Universidad de Navarra y autora principal del nuevo estudio, “vivir con cáncer avanzado gira en torno a la conciencia de la finitud de la vida con cinco fases que los pacientes pueden revivir durante todo el proceso”.

La aceptación, un proceso con altibajos

Este estudio tiene diversas implicaciones para la práctica. Las autoras destacan que la aceptación es clave para vivir bien con cáncer avanzado, si bien requiere tiempo y es un proceso con altibajos. Por ello, no recomiendan a los profesionales sanitarios que se enfoquen de forma prematura en la aceptación, ya que puede interferir en la construcción de una alianza terapéutica de apoyo. Por otro lado, enfatizan que mantener una actitud positiva resulta de gran importancia, pero que eso no implica dejar de lado la conciencia de la cercanía de la muerte.

Las investigadoras hacen hincapié en la importancia del amor y el apoyo de la familia para una buena vida en el último tramo de la enfermedad. “Esto requiere también la implicación de los profesionales sanitarios, especialmente en lo que respecta a ayudar al paciente a encontrar el equilibro entre compartir su vivencia y guardarse información con el fin de proteger a sus seres queridos”, concluyen.

Fuente: 20minutos.es