“Hacer ciencia es descubrir, desvelar verdades sobre el mundo, los seres vivos y las cosas, que descansaban a la espera de ser desnudadas”, expresa Paulo Freire en “Cartas a quien pretende enseñar”.

Con esta premisa, desde el Laboratorio de la Escuela Superior de Comercio de la Universidad Nacional de Rosario, se diseñaron una serie de talleres abiertos a la comunidad que conjugan ciencia, arte y narraciones. Se trata de un proyecto de extensión universitaria que, a través de actividades creativas de educación no formal, pretende promover una cultura científica inclusiva y democratizar el conocimiento, según el sitio web de la UNR.

La propuesta se originó a partir de la restauración de una colección de cien aparatos de física de origen alemán de principios de siglo XX, pertenecientes al Laboratorio de la Escuela. Para su puesta en valor, el año pasado se organizó en el Espacio Cultural Universitario una muestra interactiva de ciencias, posibilitando que los visitantes entraran en contacto con los instrumentos científicos y adquieran nuevos aprendizajes.

En las visitas gratuitas para colegios se incluyeron experimentos y charlas de divulgación científica de diversas temáticas. El vínculo con otras instituciones educativas reveló la falta de experimentación en la enseñanza de ciencias básicas como física, química y biología.

Por otro lado, los datos que arrojan los anuarios de la Secretaria de Políticas Universitarias indican que en los últimos 15 años la matricula de inscripción a las carreras de ciencias básicas se mantuvo constante, mientras que en otras se incrementó. “Estos resultados muestran la necesidad de contar con políticas universitarias que fomenten vocaciones científicas en los jóvenes”, expresó Paloma Moreno, directora del proyecto.

En este sentido, se planificaron actividades que generen un acercamiento de los jóvenes y niños al quehacer científico mediante talleres, seminarios, charlas y debates grupales con intercambio de saberes académicos y populares. Las actividades, que tendrán lugar en la Biblioteca Popular Alberdi, estarán basadas en la experimentación y el hacer como base del aprendizaje, dando valor a la creatividad.

“Basamos la construcción del conocimiento científico en la observación y experimentación del mundo, desplazando así el sistema memorista de la enseñanza de las ciencias”, explicó Moreno y aclaró que la idea es que los docentes luego puedan replicar este método en el aula. “No se trata sólo de hacer el experimento sino de acompañar en la indagación, el cuestionamiento y el razonamiento lógico”.

La Profesora destaca que el primer paso es la curiosidad, algo que los chicos tienen naturalmente, por lo que recomienda valorar esta cualidad, fomentarla y también encausarla. ¿Qué hacemos con la pregunta? ¿Cómo buscamos información? ¿Cómo podemos planificar una experiencia para comprobar o no una hipótesis?, son algunas de las cuestiones que se abordan con los docentes.

La labor clave no es mostrar el experimento como una receta terminada, sino ir guiando para que los alumnos se hagan preguntas y vayan descubriendo las respuestas, explica quien desde hace 17 años coordina el Laboratorio del Superior de Comercio donde se realizan las prácticas de materias como biología, física y química.

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