La modalidad no es nueva, pero da muestras de seguir creciendo y diversificándose. Se trata del servicio que desde el año 2006 ofrece la compañía Heart Project, empresa fundada en Tokio por Ryuichi Ichinokawa. Allí se puede alquilar a alguien que se haga pasar por padre del cliente que lo solicite. Cerca del 20-30% de los trabajos son para bodas y el otro 30-40% para hacer de novio/a del cliente.

"No queremos que los clientes usen nuestro servicio como una muleta emocional. No aceptamos solicitudes de este tipo", aseguran desde la empresa que ofrece acompañamiento para diversas situaciones vitales: desde dar un discurso el día de la boda del supuesto hijo hasta ir con el cliente a una reunión.

Los precios son muy variados también: unos 275 euros (30.000 yenes) por persona en el caso de alquilar a una pareja que hagan de padres. Por unos 140 euros los clientes también se pueden alquilar a alguien que vaya a su boda como público.

“Cuando empecé el negocio, pensé en hacerlo solo, ofrecer un papel de padre para personas criadas por madres solteras y cosas así. Entonces la gente me empezó a pedir mujeres, gente joven o señores de 60 años”, cuenta el creador de este extraño negocio a «Bloomberg». Los perfiles de los contratantes son personas de entre 20 y 40 años. Además, la empresa tiene como norma que el "alquiler" sólo se pueda hacer una vez.

Actualmente, en la empresa trabajan más de 100 personas a las que Ryuichi entrevista por internet: “Nunca entrevisto a la gente en persona. Todo sucede a través de internet, por correo electrónico y teléfono. Recojo información básica sobre su disponibilidad, habilidades y apariencia”.

En España, donde la iniciativa también tuvo buena recepción, la opción de alquilar un “familiar” para no aparecer solo o para divertirse supone un desembolso de 210 euros por actor.

"La gente que viene a nosotros a menudo no tiene nadie más a quien acudir. Somos su último recurso", explicó el creador del peculiar negocio. “Hay veces en las que me pregunto qué pasará si no ayudo a esta persona. Tal vez solo acabe en una pequeña vergüenza o tal vez el daño será más profundo y lo arrastre durante toda su vida", comenta su director a «Pavel Alpeyev».

El siguiente vídeo grabado en 2013 muestra cómo actores y clientes comparten secretos y dobles vidas. Una tendencia que se gestó en Japón, y sigue creciendo y cruzando fronteras.