El 16 de agosto de 2014 Enrique Bertini y su hijo Mariano fueron asaltados en la cochera de su casa de Lima al 800. Enrique estaba por entrar el auto y Mariano lo esperaba en el portón. El ladrón disparó y Mariano, de 23 años, murió. En aquel entonces, Enrique tenía 49 años; hoy, asegura, tiene 4. Murió ese día con su hijo. El empresario agrícola que supo abrirse camino y conseguir cierto reconocimiento desaparición, y dio lugar a otra persona. A cuatro años de la fatal entradera que se llevó a su hijo, para Bertini poco y nada ha cambiado en las calles de Rosario.

“Creo que no cambió nada, creo que (la violencia) está empeorando”, sostuvo, en contacto con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2. Lamentó que, lentamente las víctimas de la inseguridad y la violencia callejeras sean consideradas como “algo normal”.

Tras la muerte de su hijo se dio una importante manifestación por justicia que se repitió con mayor contundencia el 25 de agosto de 2016 con el lema de "Rosario sangra". El reclamo se desató ante una ola de crímenes vividos esa semana, entre ellos, el de Nahuel Ciarroca, asesinado a metros de su casa por su celular.

En opinión de Bertini, la política tiene una deuda con las víctimas y con la sociedad.

“Jamás me imaginé en este lugar. El ingeniero mecánico, el empresario, murieron hace cuatro años, ahora soy una nueva persona, tengo cuatro años de edad, con un título universitario pero con otra expectativa. Voy a hacer por Rosario lo que pueda”, cerró.