En la puerta del Colegio San Carlos, en el corazón de San Lorenzo, entran y salen hombres y mujeres con palas, plantas y tierras. Tienen una actividad recreativa junto a sus hijos. Entre el tumulto, se encuentran Alicia y Alberto, que llegaron al lugar por otro motivo: sembrar memoria. Son los padres de Paula Perassi, la joven que lleva desaparecida desde 2011 y que este jueves su cara quedará dibujada en una pared de la casa de estudio a la que acuden sus hijos. 

“Estoy muy emocionada porque el mural es en el colegio al que vienen los hijos de Paula, estamos muy agradecidos con provincia, nación y con las mujeres de género que siempre estuvieron y nos ayudaron a recibir la ley brisa”, comienza diciendo Alicia, mamá de la joven sanlorencina. 

Su voz se entrecorta. Alicia trabaja el dolor, lo mastica, lo traga y vuelve a hablar. “Soy de pocas palabras, pero sólo puedo agradecer. Hace once años que estamos luchando, y siempre nos vamos a casa con las manos vacías”, sus ojos están empapados en lágrimas. “Hay que seguir. Por mis nietos, el mayor tiene 17 años, está terminando el colegio y el menor ingresó a quinto, tiene 13. Ellos están bien”, dice y le cede la palabra a su compañero de vida. 

Los padres junto al mural. (Alan Monzón/ Rosario3)

La angustia está estancada en la garganta de Alberto, tanto así que le cambia el tono de su voz. “Yo también estoy emocionado, por este mural y por la ley que le otorgaron a los hijos de Paula, eso es lo más importante”, declara. Se frena para juntar fuerzas, recuperarse y seguir. “En realidad lo más importante es encontrar a Paula, todo esto es un pasito más dentro de una lucha muy larga”. 

Al no existir certificado de defunción, la familia Perassi no podía cobrar la ley Rennya (Brisa). Pero dicen que la unión hace la fuerza y eso demostraron los distintos ministerios. “Pudimos apelar a que más allá de que no exista el cuerpo, había un hecho probado en la causa que es la muerte de Paula en una ocasión de aborto. La causa Perassi la llevamos con entusiasmo y compromiso”, confiesa la ministra de Igualdad, Género y Diversidad, Florencia Marinaro.

La ministra de Igualdad, Género y Diversidad de Santa Fe junto a la familia. (Alan Monzón/ Rosario3)

Entre el silencio de respeto de los presentes al acto, reflota la esperanza que caracteriza a los padres de Paula. “No todo en la causa Perassi fue malo. Hay mucha gente buena trabajando para ayudarnos y no los nombro porque son tantos que me podría olvidar de alguien”, suelta Alberto. 

Y Marinaro agrega: “Reparar lo injusto es nuestro deber como Estado. Nunca alcanza esa reparación para el dolor de perder a una hija, una madre, una hermana en una familia, pero debemos seguir trabajando en políticas públicas para prevenir femicidios y hemos avanzado mucho estos últimos años”. 

Los tres comienzan a caminar por la estrecha vereda que rodea el San Carlos. Vecinos, militantes y periodistas los siguen como en una peregrinación. A lo lejos, se refleja el brillo de una pared recién pintada de blanco, que en minutos será intervenida. 

Alicia y Alberto caminando hacia el mural. (Alan Monzón/ Rosario3)

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El cielo estuvo inestable hasta ahora que casi como una escena de película o un cuadro de algún reconocido pintor, el sol empezó a alumbrar las letras violetas recién pintadas. “Argentina unida contra la violencia de género” es la frase que puede leerse en el lienzo de ladrillos. 

Dos muralistas locales pegan una foto de Paula Perassi y comienzan a pintarla con aerosol negro. De fondo suena “A don Alberto Perassi”, la canción que el músico Diego Tobozo escribió para el hombre que busca por cielo y tierra el cuerpo de su hija. “Una tarde de sol, movilizando pancartas, los militantes de siempre que dejan todo por la causa, don Alberto y Alicia delante de la marcha, sus caras lo dicen todo, sus ojos se empañan. Hoy, en democracia, su hija no está en casa”, es una de las estrofas que emociona. 

Así comenzaban a pintar el mural. (Alan Monzón/ Rosario3)

Mientras el aerosol se agita para seguir pintando, Alberto y Alicia se sostienen uno a otro. Los padres de otras víctimas de violencia machista y femicidios se encargan de cerrar la calle para que nadie pueda romper con ese momento. Los abrazos se reproducen y replican entre los presentes, las lágrimas invaden. 

¡Paula Perassi!, grita una mujer. ¡Presente!, responden todos, incluso se escuchan las voces de los estudiantes que están en recreo y se sumaron al recuerdo. El muro que separa un lado del otro desaparece justo en ese instante. Alberto y Alicia no lo dudan, agarran pinceles y le dan color al mural que desde este jueves construirá memoria colectiva, que llenará de preguntas a las infancias y las adolescencias que entran y salen del colegio. La mirada calma de Paula está ahí, acompañando la cotideanidad de los sanlorencinos, empujando para encontrar la verdad. 

La emoción de los padres al ver el mural. (Alan Monzón/ Rosario3)

Hay muchas cosas por resolver en el caso Perassi y seguirá así mientras los responsables del dolor permanezcan en silencio. Pero entre tanta incertidumbre, la frase de Neruda que se convirtió en bandera para las causas injustas, recobra valor:  podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. ¿Habrá visto Paula florecer con tantas ganas el Lapacho que reposa al lado de su rostro?