Además de las muchas consecuencias negativas que tiene, la bajante del río Paraná puede ser una oportunidad. A eso se aferraron los integrantes de la Comisión intersectorial de la Isla de los Mástiles y aprovecharon este sábado para realizar una jornada de limpieza sobre esas tierras santafesinas que, al menos por ley, deberían cuidarse como una zona de reserva ambiental.

Los voluntarios cruzaron esta mañana hacia esa isla que está frente a Granadero Baigorria y que la provincia cedió por comodato a ese municipio y a Capitán Bermúdez.

Realizaron tareas de limpieza y retiraron varios neumáticos enterrados sobre el acceso al canal de los kayaquistas (ver galería de imágenes).

No estaba claro si fueron puestas allí con fines de bloqueo del canal si alguien las dejó como insumo para alguna construcción o muelle. 

Según señalaron los integrantes de las ONG, el uso y abandono de cubiertas forma parte de las "costumbres nefastas en la isla". Se utilizan para evitar la erosión de las costas, amortiguar golpes en amarraderos y también para tapar bocas de arroyos. En los paradores frente a Rosario o sobre el Paraná viejo con la bajante se pueden ver cientos de gomas.

Al margen de los motivos, "inexorablemente terminan siendo basura contaminante en el río para la eternidad", resumieron.

El plan de acción de este sábado se debería complementar con el traslado a un centro de reciclado, tarea a la que se comprometió la Municipalidad de Baigorria como una forma de cerrar el circuito de trabajo.

Una reserva para que nadie se apropie de la joya

 

Desde la comisión recordaron que en ese territorio santafesino se busca "materializar la área de reserva, ya sancionada legalmente en Granadero Baigorria, jurisdicción a la que pertenece". Calificaron la tarea de "pequeños pasos para hacer posible este sueño colectivo" y aclararon: "Seguimos denunciando que Capitán Bermúdez aún no atiende el teléfono".

Integran esa comisión: Paraná no se toca, Taller Ecologista, Ambientalistas de Baigorria, Multisectorial Humedales, Baigorria verde, Brigada punta de flecha, Frente Nuevo Bermúdez, Plurales y Vecinos autoconvocadxs de Baigorria.

Esas mismas organizaciones denunciaron meses atrás ocupaciones irregulares e intentos de venta de lotes en Isla de los Mástiles y una concesión de hecho de negocios privados como el cruce en lancha a un parador, cuando esas islas santafesinas deberían funcionar como una zona de reserva administrada por el Estado (provincial) o bien por los municipios con los comodatos vigentes (Baigorria y Bermúdez).

Una ordenanza en 2020 declaró a la isla como "Área Natural Protegida" y la propia ministra de Ambiente de Santa Fe, Erika Gonnet, la incluyó en el programa Regenera Santa Fe (un inventario de humedales provinciales). Por la bajante, la superficie creció y son más de 800 hectáreas en disputa.


Los ambientalistas consideran a la isla una zona de disputa porque entienden que es una "joya" por su "gran potencial turístico”. Son más de cuatro kilómetros de playas hacia el este y otro tanto de costa al oeste. El valor de ese dato se entiende por contraste: es siete veces la Rambla Catalunya de Rosario (unos 600 metros), última reserva pública de playa frente al río Paraná en la zona norte (entre la concesión a La Florida y los clubes).