El gobierno británico informó hoy que otros 569 pacientes murieron en sus hospitales a causa del coronavirus, una cifra récord que elevó los decesos a más de 2.900 y los contagios a más de 33.000, mientras la Asociación Médica Británica (BMA) difundió una guía ética que indica que si colapsa el sistema de salud, los médicos deberán optar entre los pacientes con más posibilidades a la hora de asignar los recursos.

Por tercer día consecutivo, los registros de personas fallecidas marcaron un nuevo pico a causa de la crisis sanitaria que paraliza al Reino Unido, luego que se confirmaran 569 muertes.

La confirmación de las cifras de decesos proporcionadas por el Ministerio de Salud británico agregaron que otras 4.244 personas fueron diagnosticadas con el virus en las últimas 24 horas, elevando el total a 33.718 de 163.194 evaluados hasta hoy.

En tanto, el gobierno escocés reveló hoy que el número de muertes aumentó un 66% en un día, un aumento de 50 a 126 muertes respecto de las 76 reportadas el miércoles.

El ministro de Salud de Gran Bretaña, Matt Hancock, que regresó a sus funciones tras ser diagnosticado con coronavirus la semana pasada, presionado porque aún el Reino Unido no puede realizar los test del virus a todo el personal médico y el resto de la población, prometió que para fin de mes se realizarán unos 100.000 exámenes diarios.

En la habitual conferencia de prensa que realiza el gobierno británico todas las tardes, el ministro presentó los lineamientos para aumentar la cantidad de test pagando a empresas privadas para que hagan las pruebas de hisopado, realicen muestreos aleatorios de la población y aumenten la capacidad de diagnóstico a largo plazo trabajando con empresas farmacéuticas.

Explicó que el primer paso será implementar los test de hisopado dentro de los hospitales para averiguar si las personas tienen el virus y adelantó que en un principio será sólo para los trabajadores de atención al público y sus familias.

Luego propuso una asociación con universidades, instituciones de investigación y las empresas como Amazon y las cadenas de farmacias Boots para construir una red de nuevos laboratorios y sitios de análisis en todo el país.

Según el ministro, también se realizarán test de sangre para saber si las personas han tenido Covid-19 y ahora son inmunes y podrían hacerse potencialmente en los hogares.

Por último, explicó que se supervisará la proporción de la población ya tiene el virus, usando una prueba de anticuerpos para determinar la tasa de infección y cómo se propaga el virus por el país.

Por su parte, Stephen Powis, el director médico para Inglaterra en el Servicio Nacional de Salud, reiteró durante la conferencia junto al ministro que el distanciamiento físico es clave para reducir la propagación del virus y la cantidad de casos.

Sostuvo que el uso del transporte disminuyó pero el uso de vehículos motorizados aumentó hace unos días y advirtió que esto debe reducirse.

"El número de casos nuevos está aumentando, pero esto ya se esperaba antes del bloqueo. Las internaciones aumentan más en Londres y centro de Inglaterra pero el nivel de aumento es constante, lo que indica que podría aplanarse en una o dos semanas", afirmó.

En este contexto, la BMA difundió hoy una guía ética para sostén de los médicos que, de continuar con estas proyecciones, en los hospitales deberán tomar decisiones de vida o muerte y priorizar a los pacientes que tengan mayores posibilidades de curarse.

La organización advirtió que a medida que se propague la pandemia, los médicos que trabajan en el Servicio Nacional de Salud (NHS) enfrentarán decisiones dolorosas sobre la prioridad de los pacientes que necesitan acceso a intervenciones que salven sus vidas ante la escasez de recursos.

"A pesar de los heroicos esfuerzos por aumentar la disponibilidad y reducir la demanda, puede llegar un punto en el que la pandemia simplemente sobrecargue las camas de cuidados intensivos, los respiradores y el sistema de soporte vital", afirmó en un comunicado John Chisholm, presidente del comité de ética médica de la organización.

"La orientación puede indicar cómo proceder. No puede evitar que las elecciones sean atroces o que los responsables de la toma de decisiones se vean afectados moralmente", prosiguió.

Y, alertó: "Habrá enojo y dolor y las personas que en circunstancias normales recibirían un tratamiento intensivo pueden, en cambio, recibir paliativos para favorecer a los que tienen más posibilidades de salvarse. Nadie quiere tomar estas decisiones pero si los recursos se ven desbordados hay que tomar estas decisiones".

El primer ministro, Boris Johnson, quien se contagió con el virus y aún permanece en cuarentena, anunció el lunes 23 de marzo el confinamiento de los británicos por tres semanas y ordenó medidas radicales para evitar que las personas abandonen sus hogares a fin de mitigar la propagación de la pandemia.

Los británicos solo están autorizados a salir de su casa para comprar alimentos, realizar ejercicio físico o ir al trabajo si "es absolutamente necesario".