La historia de la argentina Aurora Canessa da cuenta de un estilo de vida lleno de coraje y libertad, dos cualidades que la llevaron a recorrer los océanos del mundo a bordo de su propio velero y recolectar experiencias de todo tipo. La mujer nació en 1944 y actualmente sigue apostando por la aventura de viajar.

Fue corredora de motos y también paracaidista, y su gusto por la pesca y el agua también la motivó a tener sus propias embarcaciones. Primero fue una lancha y, con el tiempo, llegó el "Shipping", como llamó al velero con el que a sus 65 años salió a navegar por todos los mares del planeta. 

Luego de su divorcio, en 1992 decidió adquirir su segundo barco de este tipo para ir hasta las Islas Malvinas en el que fue su primer viaje oceánico. Años después, en 1999, ganó la regata de las 500 millas del Río de la Plata, una carrera de las más exigentes.

En contacto con El Contestador (Radio 2), Aurora contó que navegar "te abre la cabeza y el corazón". "Cuando pensás que estás dentro de un planeta, que a su vez está dentro de una galaxia, todo lo demás se hace tan chiquitito", sostuvo la mujer que navegó durante 10 años, entre el 2010 y el 2020, y regresó a la Argentina cuando apenas se estaba declarando el aislamiento por la pandemia de covid-19.

La mujer navegó durante 10 años y cruzó el océano Atlántico en solitario.

Durante aquellos meses de cuarentena e incertidumbre, la mujer vendió parte de sus posesiones materiales y compró "una furgoneta Mercedes Benz" que diseñó al estilo motorhome "con muchísimo conocimiento de vivir en lugares reducidos" gracias a los años que pasó a bordo del barco.

También relató que al regresar de su viaje a Malvinas "estaba en la lona económicamente". "Vendí mi auto, alquilé mi departamento y me fui a vivir al barco", recordó y agregó que tras pagar todas las deudas que tenía, se compró una pequeña motocicleta Yuki y comenzó a repartir sobres, entre otras cosas.

"Al poco tiempo, un año más o menos, ya tenía tres o cuatro motos contratadas", dijo sobre el crecimiento de su empresa de correo Shipping, en donde actualmente tiene 90 empleados y que lleva el mismo nombre que el Pandora 320 con el que recorrió el mundo.

"Tardé 12 años en prepararme física y económicamente para tener el barco, me puse a laburar para armar la empresa y todo lo que hice fue con muchísimo esfuerzo", expresó.

Las enseñanzas que le dejaron sus travesías por el mar

Aurora afirma que sus años navegando le permitieron dejar de lado sus temores. "Para qué voy a tener miedo, si vamos todos al mismo lugar", manifestó la mujer, que decidió compartir su vida "con seres que tienen la misma liberación" que ella.

Sobre el carácter que se necesita para llevar una vida como la suya, consideró: "Tenés que haber hecho antes un camino interno para darte cuenta de que no somos nada, ni una gotita en el océano". A su vez, dijo que para ella vivir con preocupación no tiene sentido porque "va a pasar lo que tenga que pasar".

"Con mi embarcación crucé el atlántico en solitario, estuve 10 años en Europa y llegué a Turquía. Después hice otras navegaciones con un novio escocés que me enganché en el camino (con quien estuvo tres años) y con él terminé de dar la vuelta al mundo", recordó.

El "Shipping" de Aurora Canessa.

En la actualidad, su idea es "recorrer la Patagonia para pescar truchas, salmones o lo que salga, y visitar amigos" a bordo de su camioneta. "Después recalar en Ushuaia unos seis meses o un año, porque quiero hacer Antártida de nuevo", proyectó en relación con su objetivo de volver a navegar hacia el continente blanco, destino que ya alcanzó en febrero de este año a bordo de un velero del recordado navegante Alejandro "El Mono" Da Milano.

Más allá de eso, adelantó que tiene pensado recorrer los fiordos chilenos y también los glaciares de la región. "Todo se puede. No hay nada que el ser humano no pueda hacer, todo es cuestión de decidirse y de tomar acción", aseveró.

La navegante, que rescató que hay que "ser tenaz, perseverante y tener un objetivo claro", estará brindando una charla en Rosario el miércoles 24 de agosto, en la Facultad de Derecho de la UNR.