Carmela Bárbaro y Mariana Basualdo, las exparejas de Gerard Rozín, conmovieron a todos los fans del periodista en las redes sociales. A un año de su muerte, publicaron la extensa carta que escribió antes de partir, donde expuso sus sentimientos, reflexionó sobre la vida y agradeció por los grandes momentos transitados junto a sus seres más queridos.

“Paso a decir. Paso a decir que me voy contento. Que tengo una hija de diez y un hijo de veinte, y me estoy por morir sabiendo que les dejo la seguridad de que fueron amados. Muy amados. Tienen valores para abrazar y para discutir, pero no arrancan sin ideas. Es un montón. Hemos sido gente de reír mucho, disfrutamos de la ironía y no del sarcasmo. Nos quedaron muchas gracias por hacer juntos, pero se sabe que estas despedidas dejan espacios vacíos”, sostuvo en la primera parte del texto.

En el texto, Rozín reconoció que desde que le descubrieron el tumor cerebral no pudo dejar de llorar al imaginarse el desenlace. “Frente a lo inevitable, a lo que llegará en poco tiempo, no me siento con derecho a la queja. No es que no reconozca mis defectos, sino que errores comete todo el mundo y siento que estuve más en el equipo de los buenos que en el de los otros. Les dejo las carcajadas que les arranqué. Soy una de las personas que más los ha hecho reír”, agregó.

En otra parte de su carta, el conductor reconoció que amó a todas las parejas que tuvo. Aunque dijo no estar de humor al momento de plasmar sus sentimientos, comentó que le iba a doler mucho perder a sus seres más queridos.

Rozín también recordó su infancia y sus inicio y paso por los medio: “Si alguien me extraña en cualquier canción rosarina o uruguaya, en el saxo de Charles Lloyd, en Bowie o en la fe que canta Montaner me van a encontrar. Siempre. Crecí en los ochenta y me siento obligado a expresar algunos principios con una conducta muy en boga por aquellos años. Soy judío, socialdemócrata y de Central”.

En el último fragmento, se despidió a corazón abierto, con la ilusión de que sus grandes proyectos nunca se olviden: “Soy feliz por irme sabiendo que las que producirán ustedes serán aún mejores. Gerardo”.