Pancho es un carpincho que hace 5 años vive con una familia en Santa Fe. Fue criado desde sus primeros días de vida como si fuera un hijo más, siempre en compañía de la nena de la casa, Jorgelina que cuando el animal llegó a la casa tenía apenas 3 años. El viernes pasado, tras radicarse una denuncia anónima, Gendarmería nacional se presentó en la vivienda del barrio White para llevarse al animal a una granja teniendo en cuenta que su tenencia es ilegal pero los vecinos se opusieron de tal modo que se fueron del lugar con las manos vacías.

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Telenoche (El Tres) estuvo con Jorgelina, sus padres y por supuesto con Pancho que anda suelto por la casa y por las inmediaciones y goza del cariño de toda la comunidad. Cuando era apenas un bebé mataron a su madre y fue ofrecido a la familia que no dudó en cobijarlo como un integrante más.

Pancho toma mate, come facturas y hasta duerme en una habitación de la casa. Como si fuera un perro, se convirtió en la mascota de la casa y su caso dio vueltas el país ya que genera un profundo debate relacionado al derecho de las especies a disfrutar de una vida silvestre.

En diálogo con A Diario (Radio 2), Manuel Jaramillo, director ejecutivo de la Fundación Vida Silvestre, explicó que la captura, tenencia y comercialización de animales silvestres es ilegal: “Esta historia tiene un inicio que es la caza de la madre, algo que está prohibido. Es una situación risueña ver a Pancho en la casa pero esto desnuda una problemática que es la caza de animales, además que está mal porque los carpinchos no son mascotas sino animales salvajes”, indicó.

“Este animal fue humanizado y se trata de una especie que tiene un nivel de vida silvestre que necesita expresar”, aseguró y advirtió que está en edad del despertar sexual y como macho buscará desarrollar su rol animal. “Este carpincho no puede diferenciar a las personas, para él son todos carpinchos y si se siente amenazado puede ser agresivo”, continuó y remarcó: “Tienen dientes peligrosos”.